La cumbre helada de Camp David

Victoria Toro NUEVA YORK / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

KEVIN DIETSCH | EFE

Desacuerdos y ausencias notables en la cumbre en que Obama quería reconciliarse con los reinos del Golfo tras el acuerdo nuclear con Irán

15 may 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Helada y fría fueron los adjetivos más utilizados por la prensa estadounidense para describir la cumbre de ayer en Camp David. En esa residencia de descanso de los presidentes de Estados Unidos se reunió Barack Obama con los dirigentes enviados por los países del golfo Pérsico. La agenda no podía estar más cargada: de temas y de problemas.

El asunto central era el interés de Obama de disipar los temores de sus invitados sobre la seguridad en la región tras el acuerdo nuclear con Irán. Los países del Golfo recelan del acercamiento estadounidense al régimen de Teherán. Y dejaron clara su postura al anfitrión con la decisión de que, salvo en dos casos, Kuwait y Omán, el resto de los países del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) no enviaron a sus máximos representantes.

La ausencia más notable fue la del rey Salman, quien envió en su lugar al príncipe heredero saudí, Mohammed ben Nayef, y al ministro de Defensa, el príncipe Mohamed ben Salman. El último desplante lo recibió la Casa Blanca de Baréin, al explicar el Gobierno que su rey no estaría en la cumbre porque iba a acudir a una exposición de caballos en el Reino Unido y a encontrarse con la reina Isabel II.

Los países del Golfo ven con temor que la firma en junio del acuerdo nuclear y el progresivo fin de las sanciones conviertan a Irán en un interlocutor legítimo en el seno de la comunidad internacional. Como garantía ante la amenaza e influencia de Irán en Oriente Medio, los reinos del Pérsico querían sacar a Obama el compromiso de llegar a un tratado de seguridad mutua, una especie de OTAN a lo árabe. La Casa Blanca se inclina por ofrecerles más armas, más maniobras militares conjuntas y apoyo para que ellos mismos pongan en marcha un sistema conjunto de defensa antimisiles.

La agenda de Camp David incluía tratar los conflictos de Siria, Libia, Irak y Yemen. En este último país las fuerzas militares árabes que lidera Riad acusaron ayer a los rebeldes hutíes de romper el alto el fuego alcanzado el miércoles. A pesar de ello, aseguraron que mantendrían la tregua humanitaria de cinco días. En cuanto a Siria, una de las opciones que se propuso en Camp David fue la creación de una zona de exclusión aérea algo que la Casa Blanca, según explicó el consejero de Seguridad, Ben Rhodes, está dispuesta a estudiar.

Tras estos conflictos también Irán juega un papel, en Siria apoyando a Bachar al Asad, en Irak colaborando oficiosamente con EE.UU. en la lucha contra el Estado Islámico o en Yemen defendiendo a los chiíes. Las monarquías árabes tienen la percepción de que su aliado histórico, Washington, está dejando de serlo y se ha acercado a su enemigo, Irán, y esa es la principal razón del frío ambiente en Camp David. A pesar de la baja temperatura los países quieren que la cita sea anual. La próxima tendrá lugar en el 2016 en Jordania.