El asesinato de un joven negro dispara la tensión racial en Misuri
14 ago 2014 . Actualizado a las 07:00 h.El espíritu de Trayvon Martin reapareció el sábado en Saint Louis (Misuri), convocado por Michael Brown, otro joven de color que murió sin necesidad a manos de las fuerzas del orden. Al grito de «¡No dispares!», la población afroamericana de EE.UU. ha despertado airada por la facilidad con las que sus jóvenes son confundidos con criminales por simples prejuicios. Como Martin, que murió en Florida a manos de un vigilante de barrio, al que el jurado exculpó, Brown no portaba armas: venía de comprar caramelos. Tenía 18 años, no se metía en líos y hubiera empezado el lunes en la universidad.
La versión del amigo que lo acompañaba es que un policía en coche patrulla los conminó malhumorado a que se subieran a la acera, pero ellos lo ignoraron.
La policía no ha dado un versión detallada y la investigación pasó al fiscal del condado, lo que no satisface a la comunidad, que no confía en él porque a su padre lo mató un hombre negro, según declaró al St Louis Dispatcher un manifestante.
De ahí que solo la intervención del FBI haya traído un poco de calma, sobre todo porque abre la investigación de un posible abuso de autoridad, en lugar de centrarse en encontrar un pasado criminal en la víctima. Si a Martin se le echó en cara haber fumado marihuana y tener malas notas, a Brown solo se le ha podido encontrar unas fotografías en Facebook con gestos mal entendidos. Bajo la etiqueta #ifTheyGunnedMeDown muchos jóvenes cuelgan en Twitter dos fotos de sí mismos preguntando cuál elegirían los medios si les pegaran un tiro. La del chico de esmoquin que toca el saxo o la del mismo joven que apunta con el dedo a la cámara mientras grababa un vídeo de rap con sus amigos es una de ellas.