De Chirac a Sarkozy, el primer expresidente condenado y el primero detenido
INTERNACIONAL
El 15 de diciembre del 2011 la Justicia francesa marcó un hito histórico aún sin parangón. Aquel día el Tribunal Correccional de París condenó a Jacques Chirac a dos años de prisión por corrupción con dispensa de cumplimiento. El líder conservador adquirió de esa manera el dudoso privilegio de convertirse en el primer expresidente de la República en ser sentenciado por los jueces de su país.
Desde entonces, Chirac comparte la condición de convicto con otros dos destacados antiguos jefes del Estado, Luis XVI y el general Philippe Pétain. El monarca fue guillotinado en la Revolución francesa; el militar resultó condenado por colaboración con la Alemania nazi.
A Chirac la sanción le llegó 15 años después de los hechos juzgados. Los jueces tuvieron que esperar a su desafuero una vez perdida la inmunidad de la que disfrutó durante su permanencia en el palacio del Elíseo (1995-2007). El veredicto lo consideró culpable de haber pagado a amigos, colaboradores y empleados de su partido con fondos municipales a principios de los 90 cuando era alcalde de París (1977-1995).
Sarkozy ya conoce en persona las consecuencias de la pérdida del aforamiento. En abril del 2013, menos de un año después de dejar la jefatura del Estado, fue imputado por abuso de debilidad en el caso Bettencourt directamente por los jueces sin pasar por comisaría. Esta vez Sarkozy estrena la condición de expresidente interrogado por la policía como cualquier otro ciudadano de a pie. Bajo el régimen de garde à vue, es un justiciable más sin privilegios ni obligaciones diferentes.