Un total de 97 personas fueron detenidas ayer en Sudáfrica por incidentes relacionados con las elecciones generales. «Ha habido algunas protestas esporádicas en el día de las elecciones de Sudáfrica, pero la situación está bajo control», declaró la jefa de la policía sudafricana, Riah Phiyega.
Uno de los lugares más conflictivos es el antiguo gueto negro de Bekkersdal, en el oeste de Johannesburgo, donde tres colegios electorales fueron incendiados durante la madrugada previa a la apertura de los colegios. El ejército está desplegado en este barrio, que ha vivido numerosas protestas violentas en los últimos meses reclamando mejores servicios públicos, para garantizar que los ciudadanos puedan votar.
Efectivos de las fuerzas armadas permanecen desplegados también en otras áreas deprimidas del país. En el municipio de Maruleng, en la provincia norteña de Limpopo, varios vecinos quemaron neumáticos y cortado carreteras con árboles y piedras. Las fuerzas del orden han logrado imponer la calma y los residentes pudieron votar con algunas horas de retraso.
Retrasos en otros colegios
Retrasos han sufrido también, aunque por otros motivos, como la falta de urnas o que algunos agentes electorales llevaran camisetas del partido dominante, más de 2.000 de los 22.000 colegios electorales repartidos por todo el país. Pero en genral imperó un espíritu festivo y pacífico, pese a las largas colas que algunos debieron soportar.
Los colegios electorales abrieron a las 7.00 (hora local) y cerraron a las 21.00. Los resultados provisionales se conocerán mañana. En los barrios acomodados del norte de Johannesburgo el día transcurrió con normalidad y en el populoso gueto negro de Soweto centenares de vecinos formaron también largas colas para participar en los primeros comicios desde la muerte en diciembre de Mandela.
El gubernamental Congreso Nacional Africano, liderado por el actual presidente, Jacob Zuma, es el favorito indiscutible en estas elecciones.