Hollande echa con Manuel Valls otro pulso a la Unión Europea

Fernando Iturribarría PARÍS / COLPISA

INTERNACIONAL

El nuevo Gobierno francés va a explorar la vía Renzi contra la austeridad

02 abr 2014 . Actualizado a las 13:22 h.

François Hollande va a aprovechar la nueva etapa de su mandato inaugurada el lunes con el nombramiento de Manuel Valls como primer ministro para echar otro pulso a Bruselas. El presidente francés, al rebufo de la vía abierta en Italia por Matteo Renzi, ha insinuado a la Comisión Europea, y por ende a la Alemania de Merkel, que no va a correr el riesgo de recaer en la recesión por respetar a ciegas la disciplina presupuestaria.

«Francia ya ha obtenido un plazo de gracia de dos años, el trabajo está sin hacer y esperamos que el nuevo Gobierno reconocerá sus obligaciones», le advirtieron ayer desde el Eurogrupo. París no ha transmitido ninguna petición oficial de plazo adicional al ya concedido en el 2013 para reducir el déficit público por debajo del 3 % a finales del 2015, dos años más tarde que en el calendario inicial.

Pero Hollande dejó claro en su mensaje del lunes, para justificar la crisis de Gobierno por el batacazo electoral, que no desea fragilizar el incipiente crecimiento de la economía francesa con una cura de austeridad sin medidas sociales como bajadas de impuestos y de cotizaciones salariales. «Reforzar la economía francesa es la mejor manera de reorientar a Europa», proclamó.

El ministro saliente de Industria, Arnaud Montebourg, explicó ayer que no había ninguna ambigüedad en el planteamiento presidencial. «Esta cuestión de la reorientación está sobre la mesa y el presidente la ha puesto en términos bastante legibles y crudos», observó el heraldo en el socialismo francés del neoproteccionismo social frente a la globalización. Además se inventó un neologismo para arremeter contra la actual orientación austeritaria de una UE que es «la única región del mundo que no conoce el crecimiento y, lo que es peor, conoce el riesgo de deflación».

Montebourg recordó que compartía con Valls, líder del ala más derechista del PS, el haber votado contra la Constitución de la UE en el referendo francés del 2005 y el ser «eurocrítico». La esgrimida compatibilidad con Valss supone un indicador de permanencia en el Gabinete remodelado que debe ser anunciado hoy, tras la protocolaria ceremonia de traspaso de poderes celebrada ayer en Matignon con el sacrificado Jean-Marc Ayrault.

Mirando a la izquierda

También se da por hecha la presencia de Benoît Hamon para contentar a los sectores más izquierdistas del socialismo gobernante de quienes es jefe de filas además de, como Montebourg, partidario de una estrategia de la tensión con Bruselas

«Cumplir los compromisos» Ante la amenaza de un éxito arrollador del eurófobo Frente Nacional en las elecciones europeas de mayo, los socialistas franceses son todo oídos a los cantos de sirena antiausteridad de Renzi, quien juzga que París y Roma deben cambiar Europa juntos frente a una Alemania excedentaria. Pero la gran diferencia es que Italia no está lejos de respetar el límite del 3 % del déficit mientras a Francia no le salen las cuentas (4,3 %).

Uno de los nombres que más suena para el Gobierno es el de Ségolène Royal -pareja durante casi 30 años de Hollande y madre de sus cuatro hijos- en la cartera de Educación. Se da por seguro que seguirán dos pesos pesados: Jean-Yves Le Drian (Defensa) y Laurent Fabius (Exteriores). Las cabezas que amenazan con rodar son las de Pierre Moscovici (Finanzas) y Christiane Taubira (Justicia).