El «fin de una era» en la NSA

La Voz JAIRO MEJÍA | EFE

INTERNACIONAL

La salida de su director, el general Keith Alexander, conocido como el «zar» de la ciberdefensa, comienza una nueva era marcada por modestas reformas

29 mar 2014 . Actualizado a las 19:30 h.

El secretario de Defensa de Estados Unidos, Chuck Hagel, escenificó hoy en la sede de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) el relevo de poder en la gigantesca agencia de inteligencia, que con la salida de su director, el general Keith Alexander, comienza una nueva era marcada por modestas reformas.

Alexander, conocido como el «zar» de la ciberdefensa, ha sido desde 2005 director de la NSA y desde 2010 también del Cibercomando, la rama militar de la inteligencia, y su sustitución por parte del almirante Michael Rogers llega tras diez meses de críticas por las revelaciones del exanalista de Booz Allen Hamilton (empresa privada que trabajada para la agencia de inteligencia) Edward Snowden.

Pero en el acto de homenaje de hoy en los inaccesibles cuarteles de la NSA en Fort Meade (Maryland), la plana mayor de las Fuerzas Armadas y la Inteligencia estadounidense centró su mensaje en asegurar que esa agencia seguirá aumentando sus recursos para mantener su labor de ciberseguridad.

«El ciberespacio será parte de todo futuro conflicto y, si no nos adaptamos a esa realidad, estaremos en grave riesgo», destacó Hagel en su discurso televisado en la NSA, la primera vez que se emite en directo desde ese edificio blindado a los ojos ajenos.

Hagel también aprovechó para asegurar que «Estados Unidos no va militarizar el ciberespacio», como temen algunos de las principales líderes estadounidenses, tras conocer las filtraciones de Snowden, que muestran el gran poder de infiltración de la NSA para vigilar la red.

Las revelaciones de Snowden han puesto a la discreta NSA en el punto de mira y han llevado al presidente estadounidense, Barack Obama, a pedir el fin de la recopilación en masa de datos de llamadas telefónicas, algo que podría vulnerar la privacidad de estadounidenses y ser inconstitucional.

No obstante, la NSA y el Cibercomando mantienen básicamente indemne su capacidad de espiar en el extranjero, con el objetivo de evitar atentados terroristas, mejorar la inteligencia militar en la guerra y repeler ataques a redes estratégicas que, como recordaron los asistentes, ocurren incontables veces cada día.

Espionaje militar

El presupuesto secreto de la NSA se estima en más de 10.000 millones de dólares anuales, solo por detrás del de la CIA, y Hagel afirmó hoy que su personal dedicado al espionaje militar aumentará a los 6.000 efectivos en 2016.

Bajo las órdenes de Alexander, un experto matemático graduado en West Point de 62 años y 40 de experiencia militar, la NSA ha tejido relaciones con agencias de inteligencia de todo el mundo.

Además, ha perseguido terroristas en Europa o líderes de cárteles de la droga en México, ha elaborado complejos análisis para evitar bajas en Afganistán o Irak y ha colaborado de manera determinante en la muerte de Osama Bin Laden.

Los «centinelas silenciosos» de la NSA, como los denominó Hagel, se han multiplicado y, como comentaron hoy fuentes del Pentágono, se han nutrido de «genios» de Silicon Valley y han contribuido a crear una industria auxiliar de informáticos y analistas que da trabajo a miles de personas en la zona de Washington, Virgina y la llamada «CyberMaryland».

Operaciones de espionaje

No obstante, funcionarios del Pentágono señalaron hoy que en el futuro intentarán depender menos de contratistas externos y más de los disciplinados miembros del estamento militar para operaciones de espionaje.

«Ahora los bytes son armas y se puede destruir un país con un clic de ratón», indicó el jefe del Estado Mayor Conjunto, el general Martin Dempsey, en una ceremonia en la que se impuso dos medallas al mérito a Alexander.

La mayor importancia de las comunicaciones en internet y la vulnerabilidad de infraestructuras interconectadas en el sector financiero, de defensa o energético, han llevado a Estados Unidos ha no bajar los recursos en inteligencia, pese a los recortes en el Pentágono.

«El primer correo electrónico se envió desde la red de Defensa de Arpanet cuando Keith estaba en (la academia militar de) West Point, hoy se envían más de 40 billones cada año e internet es responsable de una quinta parte del crecimiento del PIB de los países desarrollados», subrayó Hagel.

Alexander se jubila dejando atrás una red de espionaje electrónico que ha sido capaz de frustrar millones de ataques informáticos, en ocasiones en un solo día, pero también espiar a mandatarios extranjeros y provocar una oleada de críticas por poner en riesgo la libertad en internet, el último campo de batalla.