El matrimonio Sarkozy-Bruni se querella

fernando iturribarría PARÍS / COLPISA

INTERNACIONAL

Sus abogados anunciaron una demanda por violación de la privacidad, delito castigado con hasta un año de prisión y multa de 45.000 euros

07 mar 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Nicolas Sarkozy y su esposa, Carla Bruni, van a querellarse por la difusión de las conversaciones privadas realizadas a escondidas por un estrecho colaborador del expresidente. El recurso a los tribunales evita una comisión de investigación parlamentaria contemplada por la mayoría socialista.

Los abogados del matrimonio Sarkozy-Bruni anunciaron ayer una demanda por violación de la privacidad, delito castigado con hasta un año de prisión y multa de 45.000 euros. La querella pretende impedir la difusión de nuevos pasajes sonoros. Los cinco extractos ya divulgados por el semanario Le Canard Enchaîné y el portal de Internet Atlántico no contienen revelaciones comprometedoras, pero sí escandalosas.

El autor confeso de las grabaciones, Patrick Buisson, inspirador de la línea de derecha dura con la que Sarkozy conquistó el Elíseo en el 2007, procedente de la extrema derecha, era su estratega preferido. «Hay muy pocas personas de las que se pueda decir que si estoy aquí es gracias a ellas, y Patrick es una de esas», proclamó el expresidente cuando le impuso la Legión de Honor. Buisson también se va a querellar, en su caso por robo de las grabaciones y uso malévolo, pues niega haberlas filtrado. Según el diario Le Monde, las sospechas se orientan a un ajuste de cuentas de una mujer despechada que trabajaba a sus órdenes en la cadena de televisión Histoire, de la que el historiador y periodista es director.

Otra pista apunta a Georges Buisson, su hijo único, con el que también está enfadado por diferencias económicas. Pero este niega ser la garganta profunda y asegura haberse limitado a copiar los archivos sonoros desde una grabadora digital a un disco duro. «Me lo pidió mi padre porque no sabía cómo hacerlo. Abrí uno de ellos al azar y escuché una reunión política», ha explicado. «Me dijo que era para un eventual libro y que siempre podría servirle», añade tras revelar la obsesión paterna por las grabaciones. «En casa siempre vi dictáfonos», dice.

Las grabaciones clandestinas contienen las reuniones confidenciales que Sarkozy mantenía con su más restringido círculo de consejeros: un experto electoral, un politólogo, un publicista y dos negros que le escribían los discursos. En ellas se hablaba de imagen, estrategia y sondeos, pero no de secretos de Estado, confían los participantes, que se esfuerzan por hacer memoria.