España e Irlanda recibieron ayer elogios de Angela Merkel, que destacó sus «progresos» en la lucha contra la crisis de deuda, lo que vendría a demostrar que «Europa está avanzando hacia la estabilidad y el crecimiento» y que la combinación de solidaridad y responsabilidad -es decir, la receta que Berlín aplica a los países del sur- es la correcta. La oposición no opina lo mismo. Sarah Wagenknecht, vicepresidenta de La Izquierda, criticó duramente la política de austeridad de la canciller y apuntó que, durante los tres meses que han tardado en formar la gran coalición, «en Grecia 125 personas se han quitado la vida y 45.000 familias en España han perdido sus viviendas». Para Wagenknecht, este es el resultado de la política que «dicta» Merkel, y «una Europa injusta en la que se trata a los banqueros con guantes de seda».