La NSA también espió a las FARC y a la Venezuela de Chávez

Europa Press

INTERNACIONAL

China, Corea del Norte, Irak, Irán y Rusia también aparecen como «objetivos» de la agencia estadounidense

04 nov 2013 . Actualizado a las 13:05 h.

La Agencia de Seguridad Nacional (NSA) de Estados Unidos espió a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y a la Venezuela presidida por Hugo Chávez, según ha informado el diario The New York Times basándose en los documentos filtrados por el ex analista de la NSA Edward Snowden.

Al parecer, la NSA habría llevado a cabo la Operación Orlandocard, con la que sobrevoló Colombia para informar a su Gobierno sobre la localización y los planes de las FARC y creó un sistema informático denominado Honeypot con el que interceptó más de mil correos electrónicos que calificó «de potencial interés futuro».

El espionaje de la NSA en América Latina también se habría dirigido hacia Venezuela, uno de los seis «objetivos duraderos» de la Inteligencia estadounidense, junto con Corea del Norte, China, Rusia, Irán e Irak, que son misiones oficiales desde el 2007. El objetivo de la NSA en este caso era evitar que la Venezuela chavista «consiguiera su objetivo de convertirse en un referente regional y llevara a cabo políticas con un impacto negativo en los intereses globales de Estados Unidos». La vigilancia se centró en las relaciones económicas de Venezuela con países como China, Rusia e Irán. Según un miembro de la NSA en Texas, la agencia espió las comunicaciones de los altos funcionarios económicos para obtener ventajas políticas. Otro de los mayores focos de interés de la NSA en la región fueron las organizaciones criminales, en concreto las redes de narcotráfico, a las que rastreó desde Colombia, Ecuador, Panamá y Jamaica hasta Canadá y Países Bajos.

Otros casos

El escándalo del espionaje de la NSA en América Latina se destapó el 2 de septiembre, cuando la cadena O'Globo reveló que la NSA espió a la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, y al presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, cuando aún era el candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI) a las elecciones del 1 de julio del 2012.

De acuerdo con esta información, la NSA espió llamadas telefónicas, correos electrónicos y mensajes de texto de Rousseff y varios de sus «asesores clave», así como de Peña Nieto y nueve miembros de su equipo de campaña electoral. Tras ello, los ministerios de Exteriores de Brasil y México convocaron con carácter de urgencia a los embajadores estadounidenses en sus respectivos territorios para pedir explicaciones sobre el espionaje a sus presidentes.

Además, Brasil amenazó con llevar este asunto a Naciones Unidas, mientras que México propuso imponer sanciones multilaterales a Estados Unidos, si finalmente se demuestra que el contenido de los documentos de la NSA es cierto.

Sin embargo, las revelaciones han continuado. Según los documentos filtrados por el extécnico de la NSA Edward Snowden, la agencia estadounidense también ha espiado a Petrobras, empresa pública brasileña que ha descubierto varias de las mayores reservas de petróleo mar adentro. A ello, la revista brasileña Istoé sumó que Estados Unidos ha puesto en marcha -con la ayuda de Reino Unido, Canadá, Australia y Nueva Zelanda- el programa Echelon con el que espía desde la isla de Ascensao, en el Atlántico Sur, las comunicaciones de Brasil, Argentina, Uruguay, Venezuela y Colombia.

Esta semana, el diario peruano La República ha revelado, además, que la NSA espió a ocho ciudadanos peruanos por sus supuestos vínculos con grupos terroristas y narcotraficantes. El Gobierno de Ollanta Humala ha negado que estuviera al tanto de ello.