Italia envía una misión militar para evitar tragedias marítimas

REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

Roma triplicará las fuerzas desplegadas en la zona cercana a Lampedusa

14 oct 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

«Vamos a establecer una misión militar italiana para asegurar que el Mediterráneo deje de ser el mar de la muerte». El presidente del Gobierno italiano, Enrico Letta, anunció ayer de esta manera el despliegue del Ejército en una misión de carácter humanitario para intentar impedir tragedias como la ocurrida en la isla de Lampedusa, cerca de cuyas costas fallecieron el pasado 3 de octubre al menos 359 personas en el incendio de un barco atestado de inmigrantes eritreos y somalíes. Otros cincuenta africanos sin papeles murieron una semana después al hundirse la embarcación en la que trataban de llegar a territorio italiano.

«Puedo anunciar que desde mañana una fuerza militar humanitaria, naval y aérea, será enviada para hacer más segura esta parte del Mediterráneo que en estos días se ha convertido en una tumba», explicó Letta. Según precisó el mandatario italiano, la intención es triplicar la actual presencia de las unidades navales en dotación en el canal de Sicilia. La magnitud de las dos últimas tragedias ha hecho reaccionar el Gobierno de Roma, que considera que es necesaria una intervención inmediata ya que, según el jefe del Ejecutivo, «no se puede esperar para abril o marzo». Letta subrayó que después de llevar a cabo el despliegue se dirigirá a la Unión Europea para advertirla de que es necesario revisar el Convenio de Dublín y aclarar el papel de Frontex (agencia europea para la gestión de fronteras) y de Eurosur (sistema europeo de vigilancia de fronteras).

El Gobierno italiano destaca que Frontex tiene actualmente su sede en Varsovia y da la impresión de que se ocupa únicamente de las fronteras terrestres, y no de las del mar, que, según explicó, provocan la muerte de muchísimas personas. En esas circunstancias, Italia se pregunta para qué sirve una sede de esta agencia en el mar Mediterráneo.

En contra de la ley Bossi-Fini

Pero el presidente italiano también miró para su propia casa. Aseguró que no comparte la actual ley sobre inmigración italiana, la polémica Bossi-Fini, que entre otras cosas tipifica como delito la inmigración ilegal y prevé fuertes sanciones a quienes ayuden a inmigrantes ilegales, algo que podría haber provocado que los barcos de pescadores que avistaron la embarcación incendiada no prestaran una ayuda que podría haber salvado muchas vidas por temor a las sanciones. Letta aseguró que, si por él fuera, aboliría de inmediato esa ley. Sin embargo, el partido Pueblo de la Libertad, que forma parte del Gobierno de coalición, defiende la ley. No obstante, Letta explicó que se necesita «una nueva legislación en materia de asilo» ya que la actual no aborda una cuestión clave como es un protocolo para acoger a los refugiados que llegan desde Estados como Siria. Se debe garantizar el derecho de asilo y «en el Mediterráneo debe garantizarse de una manera diferente que en el resto de Europa», aseguró. Letta aprovechó la alarma internacional creada en torno a las tragedias de Lampedusa para contrastar el despliegue humanitario que anunció con las misiones militares «unilaterales para ir a bombardear».

El presidente del Parlamento Europeo, Martin Schultz, destacó que los italianos, especialmente los habitantes de la isla de Lampedusa, «se merecen el agradecimiento de todos los europeos» y defendió la implantación de un sistema que diferencie entre inmigración legal e ilegal como el que ya tienen Canadá, Estados Unidos o Australia «para que no se aprovechen de estas personas que se suicidan en los barcos».