La condena a Manning: ¿ejemplo intimidatorio o mártir?

DPA FORT MEADE

INTERNACIONAL

KEVIN LAMARQUE

El soldado estadounidense deberá cumplir 35 años de cárcel por filtrar documentos a Wikileaks

21 ago 2013 . Actualizado a las 22:49 h.

Después de tres años y medio de prisión militar, el soldado estadounidense Bradley Manning finalmente conoce su destino. Y se lo ve encerrado en sí mismo. Escucha serio mientras la juez Denise Lind lo condena a 35 años de cárcel por filtrar cientos de miles de documentos militares y diplomáticos a la plataforma Wikileaks.

Las reacciones provienen de sus seguidores, que escucharon el veredicto a través de una transmisión en video en una sala contigua en la base militar de Fort Meade, en las afueras de Washington. Lo animan y le prometen: «¡Seguiremos luchando por ti, Bradley!».

Rápidamente queda claro que los defensores de los derechos civiles no se dejarán engañar. En un primer momento 35 años de prisión parecen pocos. La acusación habló en el transcurso del juicio de la pena de muerte, luego de 136 años, luego 90 y finalmente 60 años de prisión, así como de una gran sanción económica. Pero para sus seguidores sigue siendo injusta la pena fijada, que en el mejor de los casos permitirá que Manning quede libre en menos de diez años.

La Asociación Nacional para la Defensa de los Derechos Civiles (ACLU) habló de un «día triste» porque hay un «sistema legal que no distingue entre filtraciones a la prensa de interés público y traición contra la patria».

La pena podría hacer desistir a la gente de que «revele acciones indebidas del gobierno y las autoridades», advirtió Michael Rediske, de Reporteros Sin Fronteras. El presidente estadounidense Barack Obama debería concentrar sus energía en castigar las violaciones de los derechos humanos cometidas por gente de su gobierno en nombre de la lucha antiterrorista, consideró Amnistía Internacional. En cambio, añadió, Manning debería estar libre.

Los defensores de los derechos civiles están seguros de que el juicio gira solo superficialmente en torno a Manning. Y creen que la pena es un acto de intimidación para que la gente vea lo que pasa si revelan secretos de Estado.

El mensaje, consideran, es para el fundador de Wikileaks, Julian Assange, que teme ser extraditado a Estados Unidos. Pero también para el ex técnico de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) Edward Snowden, que se encuentra escondido en Moscú después de sus revelaciones sobre el espionaje de las autoridades. La advertencia debería funcionar, opinan, ya que es secundario que la pena para Manning sea razonable en relación con los daños infligidos.

Además, la situación en torno a Manning es más dramática. El juicio mostró las falencias de las fuerzas de seguridad en medio de dos guerras. Los generales en el Pentágono deberían preguntarse por qué un joven casi sin experiencia militar o de vida pudo tener prácticamente acceso ilimitado a cierto tipo de información confidencial. Testigos de la defensa dijeron que la necesidad de contar con analistas en Irak era tan urgente que no se llevó a cabo una búsqueda de personal adecuada.

Sus defensores hicieron hincapié en el desgaste personal sufrido por Manning. Describieron en detalle sus dudas sobre su orientación sexual e incluso mostraron un video en el que se filmó con una peluca rubia y los labios pintados.

Cuando Manning se enroló, en 2007, una admisión pública de homosexualidad era motivo de despido. La ley conocida como «don't ask, don't tell» (no preguntes, no cuentes), que exigía a gays y lesbianas que ocultaran sus preferencias sexuales para formar parte de la Fuerzas Armadas, quedó atrás. El alcoholismo de sus padres, su marginación en la escuela... ¿tenía Manning la fortaleza psíquica suficiente como para ir a Irak? Sin embargo, la justicia militar lo convirtió en mártir. Tras su detención en 2010 en Irak sufrió duras condiciones de aislamiento durante casi un año. Las Naciones Unidas reclamaron por el «trato cruel, inhumano y humillante» que sufrió. La juez redujo 112 días de prisión de la pena como forma de compensación. Más de 100.000 personas firmaron una petición en la que pedían que Manning recibiera el Premio Nobel de la Paz. Estrellas de Hollywood filmaron el video en el que manifestaban «I am Bradley Manning» (Yo soy Bradley Manning). Si las autoridades querían establecer un ejemplo, el soldado de 25 años quizás no haya sido la mejor elección.