En un parque de caravanas de un suburbio al norte de la ciudad de Denver (Colorado), otro tiroteo dejó cuatro muertos en la madrugada del martes. Uno de los implicados mató a los tres personas y después se suicidó, en lo que parece ser una disputa familiar.
La central de emergencias del Condado Weld recibió una llamada a las cuatro de la madrugada. Era una mujer a la que solo le dio tiempo a decir la dirección. Después de eso la operadora la oyó como gritaba «no, no, no» y varios disparos. Unos segundos después, un hombre se puso al teléfono y anunció que iba a suicidarse. La operadora escuchó un disparo más.
Cuando la policía llegó a la vivienda encontró cuatro cadáveres. Dos de ellos eran varones y los otros dos, mujeres -al parecer una podría ser una adolescente-. La policía no hizo públicas sus identidades, pero los medios locales adelantaron que las dos mujeres serían las hermanas Beatriz y María Cintora Silva, el marido de esta última y el exnovio de la primera que quería saldar un préstamo de mil dólares para comprar una camioneta. María era la que vivía en la caravana junto a su marido, con el que se había casado hacía cinco meses.
Precisamente, el estado de Colorado batió el sábado el récord de venta de armas con algo más de 4.500 compras, un día después de la matanza en Newtown.