El ex primer ministro israelí Ehud Olmert fue hallado ayer culpable de fraude y abuso de autoridad en el juicio que se seguía desde hace dos años contra él, pero fue absuelto de los otros dos cargos de corrupción que se le imputaban. Se trata de la primera vez en Israel que un ex jefe de gobierno es condenado por los tribunales.
Los jueces consideran probado que el político, durante su periodo como ministro de Comercio (entre 2003 y 2005), favoreció los negocios de un amigo, el abogado Uri Messer, y de sus clientes con préstamos estatales y otros beneficios gestionados a través de las inversiones de su ministerio. Según la sentencia, Olmert «no actuó de manera correcta». «Las relaciones de amistad entre ambos fueron muy fuertes y crearon un profundo compromiso mutuo», indicaron los jueces, señalando que Olmert entró en un conflicto de intereses.
En los otros puntos de la acusación, en los que el político del centrista Kadima fue absuelto, se le imputaba haber aceptado sobres con grandes cantidades de dinero de un empresario estadounidense, así como que llevaba una doble contabilidad para sufragar viajes. Por este último cargo fue condenada su entonces jefa de oficina, Shula Zaken.
La condena se dará a conocer más adelante. Las leyes israelíes prevén una pena máxima de tres años de cárcel por el delito de fraude, pero no está claro si Olmert deberá ir a la cárcel.
Varios comentaristas de medios israelíes calificaron la decisión judicial como un «terremoto jurídico» y como un duro golpe para la Fiscalía, en vista de que Olmert solo fue condenado por una de las acusaciones que pesaban contra él. El diputado Yoel Jason, de Kadima, acusó a la Fiscalía de haber actuado de forma «poco profesional y precipitada», algo con lo que causó el derrumbe del primer ministro.