¿Será Hungría una reedición de Grecia?

leoncio González REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

El primer ministro húngaro, Viktor Orbàn, pretende eliminar la independencia del BCE
El primer ministro húngaro, Viktor Orbàn, pretende eliminar la independencia del BCE ATTILA KISBENEDEK < / span>afp< / span>

La nueva Constitución húngara hace retroceder la democracia en el Este

08 ene 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Desde que The Washington Post bautizó sus propuestas como una modalidad de «putinismo», se ha convertido en lugar común referirse al primer ministro húngaro, Viktor Orbàn, como un discípulo aventajado del antiguo espía del KGB y acusarlo de que intenta implantar en su país un sistema autocrático como el que existe en Rusia. Evidentemente, es una licencia literaria. Orbàn es un personaje excéntrico pero, hasta donde se sabe, ganó las elecciones con limpieza. No ha llenado las cárceles de opositores, no coaccionó a los jueces para que condenaran a los empresarios que tienen ideas propias, ni buscó sicarios en las cloacas del Estado para liquidar a periodistas que sabían demasiado.

Sin embargo, es innegable que ha emprendido una deriva autoritaria incompatible con los estándares por los que se rige la UE y cuyo cumplimiento es condición sine qua non para aprobar el examen de ingreso. La Constitución que hizo aprobar cuando aún no se había apagado el eco de las campanadas de Año Nuevo es una bofetada a la democracia. Dejando a un lado que se trata de la imposición de una parte de la sociedad sobre la otra, lacera el Estado de derecho, menoscaba la separación de poderes al recortar la autonomía de la Justicia, suprime garantías constitucionales, conculca la libertad religiosa y despide un tufo a partido único al imponer un sistema electoral que dificulta sobremanera la alternancia.

Se trata de un intento de blindarse en el poder bastante inquietante pero no habría dejado de ser un asunto local, alejado del centro del escenario europeo, de no ser por dos factores adicionales. El primero es que ha abierto un litigio entre la Comisión y Budapest a propósito del Banco Central, cuya independencia Orbàn pretende eliminar con el propósito de manejar las reservas nacionales a su antojo. El contencioso ha hecho visible la crisis económica que existe dentro de la UE pero fuera de la zona euro, añadiendo por lo tanto más presión sobre los socios, que ven cómo se acerca un frente borrascoso sin que haya remitido la galerna que azota a la moneda única.

El segundo aspecto tiene que ver con la credibilidad de la UE como proyecto político. Causó admiración en todo el planeta por la odisea que supuso en el ámbito económico la creación del euro, pero también por la decisión de abrirse al Este europeo con el propósito de asentar el modelo democrático en los países que habían quedado atrapados al otro lado del muro de Berlín. Si Hungría se comporta igual que lo hizo Grecia en el plano monetario y contagia sus desviaciones autoritarias a los vecinos, el daño que causaría a la imagen de la Unión sería tan grave como el que causaron la lentitud y el desacierto con los que ha venido manejando la crisis de la deuda. Probaría que fueron filfa los principios que se esgrimieron para justificar la ampliación.

¿Ciencia ficción? No. El Índice de la Democracia que elabora todos los años la unidad de inteligencia de la revista The Economist desvela que en el 2011 se produjeron retrocesos democráticos en numerosos países de la región por una amalgama de motivos entre los que sobresalen los ataques a la libertad de prensa, la falta de respeto por la rendición de cuentas, la escasa voluntad para combatir la corrupción o el incremento de la desafección ciudadana. En conjunto se puede hablar de un movimiento de reflujo después de las exigencias que se vieron obligados a realizar algunos de esos países para adaptar sus sistemas políticos a las reglas de la Unión.

Esto indica que existe un terreno abonado para que Orbàn se convierta en motivo de inspiración para sus pares de la zona en el caso de que la Unión adopte la misma inhibición de que hizo gala ante el desbarajuste de las cuentas helenas y deje correr el asunto sin tomar medidas para frenarlo. Esta vez la tibieza entraña un riesgo cierto de involución.

budapest pone a prueba a la ue

Orbàn no es Putin, pero emprendió una deriva autoritaria con tufo a partido único

Pone en peligro la idea que se esgrimió para ampliar la UE al Este de Europa