EE.UU. exige a Twitter datos de Wikileaks

La Voz WASHINGTON/EFE.

INTERNACIONAL

09 ene 2011 . Actualizado a las 02:00 h.

Estados Unidos ha exigido a Twitter, mediante una orden judicial, detalles sobre la cuenta de Wikileaks y las de algunos de sus partidarios, incluida información personal de su fundador, Julian Assange, anunció ayer la organización, que considera que la petición confirma «la existencia de una investigación gubernamental secreta estadounidense por espionaje sobre Wikileaks».

Esa orden judicial, de un tribunal de Virginia, con fecha de 14 de diciembre y que fue publicada en la web de la revista estadounidense Salon , exige a Twitter que entregue, no solo información de Assange y Bradley Manning, el soldado acusado de ser la fuente de Wikileaks, sino también de Birgitta Jonsdottir, una legisladora de Islandia, el pirata informático holandés Rop Gonggrijp y el programador estadounidense Jacob Appelbaum.

La organización está en el punto de mira de EE.?UU. a raíz de la publicación a finales de noviembre de cientos de miles de documentos confidenciales redactados por diplomáticos basados en embajadas estadounidenses en distintas partes del mundo. «Si el Gobierno iraní intentase mediante coerción obtener información sobre periodistas y activistas extranjeros, los grupos de derechos humanos alrededor del mundo se pronunciarían al respecto», afirmó Wikileaks en el comunicado.

Twitter, con sede en San Francisco , no ha hecho comentarios sobre la citación y se ha limitado a decir que su política consiste en notificar a sus usuarios, siempre que sea posible, sobre las solicitudes oficiales de información.

Jonsdottir ha calificado, a través de Twitter, la citación judicial como «completamente inaceptable» y aseguró que emprenderá una campaña legal para impedir que el Gobierno de EE.?UU. se haga con sus mensajes después de que esa red social le informase que se había emitido la citada orden judicial. «Tengo 10 días para detener el proceso vía legal antes de que Twitter entregue» la información, afirmó.

La orden judicial sostiene que la información requerida es «relevante» para «una investigación criminal en marcha» y coincide con la decisión del Gobierno norteamericano de reubicar en lugares seguros a los centenares de personas en todo el mundo que cree que se podrían encontrar en peligro por la filtración de cables diplomáticos.