De la cárcel a la mansión

I. Allende LONDRES/LA VOZ.

INTERNACIONAL

Assange pasará las Navidades en la residencia del capitán Vaughan Smith, un famoso corresponsal de guerra británico

17 dic 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Julian Assange pasará las Navidades en una mansión de 10 habitaciones de estilo georgiano que está rodeada por un terreno privado de unos 2,5 millones de metros cuadrados en Bungay, en el Parque Nacional de Broads (Suffolk), a unos 200 kilómetros de Londres. La propiedad, Ellingham Hall, pertenece al capitán Vaughan Smith, un ex oficial de la Guardia de Granaderos que también es dueño del Club Frontline, lo más parecido a una guarida de periodistas.

Smith ha sido una de las voces más críticas contra las mordazas que el poder pretende imponer a la libertad de información, motivo por el que desde que Assange fue detenido en Londres ha sido uno de los que más alto habló, tanto en prensa como en radio y televisión, en su favor. Smith, que después de ser militar fue corresponsal de guerra, ofrecía una de sus habitaciones a Assange en parte porque además fue él quien invitó al australiano a Londres para que diera una charla en el Frontline, club que cuenta con unos 1.500 miembros. Además, como el propio Smith ha señalado, durante siete meses puso sus instalaciones al servicio de Assange para que pudiera trabajar desde allí. «Voy a pasar una de las Navidades más inusuales que nunca he tenido, con un invitado que tendrá que personarse en la comisaría más próxima todos los días y que llevará una pulsera electrónica», bromeaba ayer Smith, de 47 años.

Smith creó una agencia de noticias, Frontline News TV (FNTV), que durante años fue la inspiración y escuela para un nutrido grupo de excelentes corresponsales de guerra británicos. FNTV destacó por su cobertura de la guerra de la antigua Yugoslavia, en la que el propio Smith estuvo a punto de perder la vida cuando una bala serbia impactó en el móvil que llevaba consigo. El móvil, completamente destrozado, se encuentra expuesto en una vitrina en el Club Frontline.

El ex militar también cubrió la guerra del Golfo de 1991, en la que se disfrazó de soldado británico para acceder a lugares a los que ningún otro periodista llegó. En el 2003, junto a su esposa, Prnavera, fundaron el Club Frontline, «porque tras la desaparición de Fleet Street (la tradicional calle londinense de los periódicos), los periodistas necesitaban un lugar donde beber y cotillear», explica.