Portugal expía sus culpas por el abuso sexual a niños huérfanos

Carlos Punzón
CARLOS PUNZÓN VIGO/LAVOZ.

INTERNACIONAL

Condenados a 51 años de cárcel seis implicados en el mayor caso judicial luso, en el que se relacionó a políticos y famosos

04 sep 2010 . Actualizado a las 02:44 h.

Portugal se retrató ayer ante una de las páginas más negras de su historia reciente. Ocho años han sido necesarios para juzgar un caso en el que la política, la diplomacia, el deporte y el famoseo se vieron inmersos en un escándalo de explotación sexual de menores internos en un orfanato público de Lisboa. Hasta 826 delitos de pedofilia y abusos a menores, prostitución de niños y uso indebido de caudales públicos fueron vistos en el juicio más largo de la historia judicial lusa.

Treinta y dos fueron los menores que aportaron datos sobre su utilización sexual, pero los peritos consideran que hasta 128 estaban sufriendo abusos cuando el escándalo de la Casa Pía estalló en noviembre del 2002 a raíz de una investigación periodística. La Justicia lusa consiguió sentar a siete implicados en el banquillo de los acusados, pero las sospechas se extendieron entre políticos, famosos y empresarios, propiciando incluso el encarcelamiento del entonces ministro de Trabajo y número dos del Partido Socialista, hoy diputado, Paulo Pedroso, que quedó en libertad sin cargos tras cuatro meses y medio en el penal.

Completamente probado

Los tres jueces del Tribunal Criminal de Lisboa que durante cuatro horas leyeron ayer la sentencia de 3.000 páginas, consideran completamente probado que la Casa Pía se había convertido en un centro de suministro de menores para su explotación sexual, incluso para millonarios que para dicha práctica llegaban ex profeso desde Estados Unidos. La pieza clave de la trama, según la sentencia, era el chófer del orfanato, Carlos Silvino da Silva, un extraño personaje criado en la misma institución gestionada con dinero público que fue creada en el siglo XVIII para acoger a los huérfanos generados por el terremoto de Lisboa de 1755. El chófer, además de violar a niños en el garaje del colegio, llevaba a los menores a orgías con personas influyentes. Así lo admitió él mismo, el único de los imputados que reconoció los hechos. De los 639 casos de abuso y violación que se le imputan, Silvino fue condenado a 18 años de prisión por los 128 que se consideran probados. En su defensa, el chófer aseguró haber sido violado desde los cuatro años en el mismo orfanato que le acogió y dio después trabajo.

Un conocido presentador de la televisión lusa, Carlos Cruz, dio con su implicación una dimensión social al caso que ayer le supuso la imposición de siete años de cárcel por tres casos de abusos. Un embajador, un abogado, un médico y el director adjunto del orfanato completaron el listado de condenados que en conjunto deberán pasar en prisión 51 años, si sus recursos contra la sentencia no prosperan. La dueña del inmueble fue la única absuelta.