Bill Clinton deshiela las relaciones con el régimen de Corea del Norte

Peer Meinert

INTERNACIONAL

Kim Jong Il lo recibe con todos los honores, mientras Washington insiste en que la visita es privada

05 ago 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

El golpe sorpresa llevaba semanas hilado, pero se mantuvo en el más absoluto secreto. Un halo de misterio rodeó la llegada ayer del ex presidente Bill Clinton a Corea del Norte: el avión en el que aterrizó el esposo de la actual secretaria de Estado estadounidense no llevaba ni un solo distintivo de su rango. Y es que precisamente las incógnitas y la coyuntura son los auténticos protagonistas de su misión.

El objetivo central de la visita era mediar en la liberación de dos periodistas estadounidenses de origen asiático, Euna Lee y Laura Ling, detenidas el 17 de marzo por haber cometido, según Pyongyang, actos hostiles y entrado ilegalmente en el país. Sobre ellas pesaba un condena de 12 años de trabajos forzados. Poco después de que el ex presidente se reuniera con las reporteras, el régimen anunció el perdón y la puesta en libertad a Euna y Laura, después de que el ex mandatario expresara «su más sincera disculpa» y como «manifestación de la política humanitaria y pacífica de Corea del Norte», según indicó agencia oficial. La web Politico.com ya había adelantado que Pyongyang había informado a las familias de las periodistas que las entregaría a Clinton.

¿Se trata solo de la puesta en libertad de las dos periodistas, o quizá trama algo más su presidente Barack Obama? A juzgar por la liberación de las reporteras y las imágenes que la televisión norcoreana emitió, el deshielo entre Pyongyang y Washington ha comenzado.

Niños que entregan flores al visitante de pelo blanco, destacados miembros del Gobierno que le estrechan la mano, foto oficial con el líder Kim Jong Il... El país comunista concedió una gran importancia a la visita de Clinton, el político estadounidense más importante que visita el país desde el viaje de la secretaria de Estado Madeleine Albright en el 2000. El régimen se esforzaba desde hacía meses por entablar contacto directo con EE.?UU. en la disputa sobre su plan nuclear, y la llegada del ex mandatario fue un primer paso.

Precisamente, esta era la imagen que intenta contrarrestar la Casa Blanca, que anunció que se trataba de una visita «estrictamente privada» para liberar a las periodistas, y desmintió que Obama hiciera llegar un mensaje a Kim Jong Il a través de Clinton. «Esas informaciones no son ciertas», aseveró un portavoz.

Disputa nuclear

Washington quiso separar la cuestión de las periodistas de la disputa nuclear. Que lo lograra o no, era dudoso. Uno de los norcoreanos que estrechó la mano de Clinton en el aeropuerto fue el viceministro del Exterior y jefe de los negociadores en la disputa nuclear, Kim Kye-gwan. Estados Unidos abogó con toda contundencia por la imposición de sanciones contra Corea del Norte tras sus últimas pruebas nucleares y habló una y otra vez de provocaciones de Pyongyang. Luego, el régimen comunista reaccionó apuntando a Hillary Clinton, calificándola de «lady graciosa», a la que no se puede tomar en serio.

Ahora, incluso Kim Jong Il recibe como invitado al marido de esta. Al parecer, ambos abordaron «amplias cuestiones de distintos temas». Y la situación recuerda a 1994, cuando el ex presidente Jimmy Carter visitó Corea del Norte y devolvió al país a la mesa del diálogo nuclear.