La Policía de Victoria cree que varios de los incendios fueron provocados y tratará todos los lugares arrasados por las llamas como escenarios de un crimen, aunque no hubiera muertes allí.
En Nueva Gales del Sur, un hombre de 31 años y un joven de 15 han sido acusados de haber encendido dos fuegos. En el Estado de Queensland se han dado por desaparecidas tres personas, entre ellas un niño de cinco años. Un 60 por ciento del territorio de Queensland ha sido declarado zona catastrófica y los daños ascienden a 187 millones de dólares australianos (125 millones de dólares).