En YouTube, donde se había colocado el vídeo (lo había colgado la propia aviación israelí), los usuarios votaron abrumadoramente su supresión, aunque días más tarde presiones israelíes obligaron a la propietaria de YouTube, Google, a volver a colgarlo. Y es que, como en Gaza, en los medios se lucha casa por casa.
Perder fuelle
Pero todo tiene un límite y, como advirtió en su momento otro alto cargo de la propaganda israelí, Dan Guillerman, había que darse prisa. «En cualquier momento», profetizaba el día 30, «una bomba puede matar a un número excesivo de civiles». Y eso es lo que ocurrió el martes cuando dos escuelas de la ONU saltaron por los aires. Aunque, tras unas horas de dudas, Israel alegó que había en ellas guerrilleros de Hamás, el representante de las Naciones Unidas, Christopher Gunness, lo negó y exigió una investigación independiente.