Ecuador vivirá la «transición más democrática» hacia la Constitución de tendencia socialista que fue aprobada el domingo en referendo, y en cinco meses deberá ir a las elecciones generales, según dijo ayer el presidente, Rafael Correa. «Todo ha sido puesto a consideración del pueblo ecuatoriano. Y este es uno de los estatutos más democráticos», afirmó el mandatario a la prensa extranjera al día siguiente de haber conseguido la aprobación de la vigésima Carta Magna del país.
Una vez que los resultados oficiales sean proclamados por el Tribunal Supremo Electoral, que tiene un plazo de hasta 15 días para hacerlo, la Asamblea de mayoría oficialista que redactó el texto constitucional se reinstalará para asumir la función legislativa y reorganizar otros poderes del Estado. Asimismo, confirmó que «de aquí a febrero habrá nuevas elecciones de alcaldes, prefectos, presidente y vicepresidente».
Socialismo del siglo XXI
La Carta Magna habilita la reelección de Correa -que podría permanecer en el poder hasta el 2017-, dota de nuevos poderes al Ejecutivo y amplía la participación del Estado en la economía. Correa aspira a que el nuevo marco asiente las bases del socialismo del siglo XXI, la corriente que también alienta su aliado venezolano, Hugo Chávez, pero con marcadas diferencias, sobre todo en lo económico.
El jefe de Estado señaló que lo próximo que hará será calcular con su Gabinete los costes económicos de la reforma. «Hay unos estudios preliminares, todo depende de en cuánto tiempo se puedan implementar todos estos derechos, cinco o diez años, y eso dependerá de la capacidad económica del país», añadió.
La Constitución fue aprobada por los ecuatorianos al superar el 50% de los votos que requería, según un cómputo oficial divulgado ayer. Escrutado el 91% de las mesas, tres de cada cinco votos respaldaron el proyecto que habilita la reelección del mandatario, de acuerdo con el Tribunal Supremo Electoral. El organismo precisó que un 64,2% de los electores (casi 4,2 millones) apoyaron la propuesta contra un 36% de los votos en contra, nulos y blancos. El absentismo se ubica en un 24%, agregó la institución.
Dos encuestas a pie de urna y un recuento rápido habían anticipado una aprobación con hasta el 70% de los votos de las 9,7 millones de personas que fueron convocadas al referendo. Por zonas, aunque los sondeos previos daban cuenta de que el sí triunfaba sobre el no también en Guayaquil, epicentro de la tensión política los últimos días, los datos oficiales daban una ligera ventaja al voto en contra.
El alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot, del opositor Partido Social Cristiano, advirtió de que renunciaría a presentarse a la reelección si el proyecto constitucional vencía con la mitad más uno de los votos en su municipio.
El presidente Rafael Correa no tuvo que esperar para ser felicitado. «Recibí numerosas llamadas de todo el mundo que no pude atender, pero sí pude hablar con Hugo Chávez (Venezuela), Evo Morales (Bolivia) y Michelle Bachelet (Chile)», afirmó.