Una potencia nuclear entre Occidente y los talibanes

INTERNACIONAL

07 sep 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Asif Alí Zardari es un experto en sobrevivir preso. A la sombra estuvo por corrupción y de las rejas pasó a vivir a todo trapo en Nueva York. Cuando su mujer Benazir Bhutto volvió del exilio en Dubái, él no lo hizo.

Mal que le pese, y con el poder del botón nuclear a su alcance, ahora en la Presidencia del país sigue preso. Aunque él haya dicho que su victoria es la de la democracia, sus carceleros, Estados Unidos y los talibanes, se encargarán de recordarle antagónicos objetivos. Los primeros, que la lucha contra el terrorismo internacional tiene que liderar su agenda. Eso conlleva combatir a los talibanes, y como agasajo, ayuda económica. Y estos se encargarán de insinuarle que su paso por la Presidencia puede ser efímero.

Habrá que esperar para saber hacia dónde tuerce la cabeza cuando las tropas de George Bush bombardeen territorio paquistaní e incluso lo violen con operaciones terrestres como las de esta semana. De momento, Zardari está donde le gusta, entre el lujo y el poder.