Bush deja a su sucesor la decisión de ordenar la retirada total de Irak

Óscar Santamaría

INTERNACIONAL

El último informe de la Casa Blanca señala que el Gobierno de Maliki cumplió sólo nueve de las 18 metas marcadas

15 sep 2007 . Actualizado a las 02:00 h.

Por primera vez desde la invasión de Irak, hace cuatro años y medio, George W. Bush anunció una reducción del número de tropas. Al mismo tiempo dejó claro que la presencia militar estadounidense en el país árabe «seguirá más allá de mi presidencia», abriendo la puerta a la posibilidad de un largo conflicto que heredará el próximo inquilino del Despacho Oval.

En un discurso de apenas 15 minutos televisado a todo el país la noche del jueves (madrugada de ayer en España), Bush repitió la propuesta del general David Petraeus y señaló que para el verano del 2008 unos 21.500 soldados habrán vuelto a casa, empezando por 5.700 que lo harán estas Navidades, dejando el nivel de tropas en alrededor de 130.000, el mismo número que había antes de que el pasado enero ordenara el envío de 30.00 soldados de refuerzo como parte de su estrategia. Debido precisamente a los éxitos alcanzados por la misma, según él y sus mandos militares, es posible ahora el repliegue.

Compromiso político

«Cuantos más éxitos tengamos, más soldados podrán volver a casa», señaló. El republicano afirmó que la visión de una «reducida presencia» estadounidense es compartida por el Gobierno iraquí. «Al mismo tiempo, entienden que su éxito requerirá un compromiso político, económico y de seguridad que seguirá más allá de mi presidencia [las próximas elecciones son en noviembre del 2008]».

El discurso de Bush fue interpretado por algunos analistas como un nuevo intento por «comprar tiempo», en lo que se basa su única estrategia en estos momentos. También destacaron sus contradicciones: si bien reconoció que se han hecho progresos en materia de seguridad, pasó por alto que no se ha avanzado en la reconciliación política, precisamente el objetivo que citó cuando anunció en enero el envío de refuerzos.

En esta línea, la Casa Blanca entregó ayer al Congreso -apenas 12 horas después de su intervención- su último informe sobre los progresos realizados por Bagdad. Básicamente señala que los líderes políticos, con el primer ministro Nuri al Malaki a la cabeza, han logrado pocos avances hacia la estabilidad y la reconciliación nacional. De acuerdo al informe, el Gobierno iraquí sólo habría cumplido 9 de las 18 metas que le fueron marcadas por el Congreso, a las que condicionó su apoyo militar, conclusiones similares a un reporte similar que la Casa Blanca difundió en julio pasado.

Otro informe encargado por el Congreso fue más duro al señalar a principios de septiembre que Bagdad sólo había avanzado en tres de los 18 requisitos.