Como si de Ana Obregón en Ibiza se tratase, el presidente ruso ha aprovechado sus vacaciones en Siberia para mostrar su estado de forma. Las instantáneas han dado la vuelta al mundo y muchos ven en ellas un mensaje subliminal: Putin tiene fuerzas para seguir gobernando
09 sep 2007 . Actualizado a las 14:25 h.El revuelo que montó el presidente Zapatero cuando llegó al pueblo asturiano de Santa Eufemia, en Villanueva de Oscos, para disfrutar de sus últimos días de vacaciones, no fue nada si lo comparamos con el impacto que han tenido las imágenes de la escapada veraniega del presidente ruso, Vladimir Putin. En este caso no fue ni el lujo ni el lugar elegido lo que más llamó la atención, sino la facilidad con la que se quitó su camisa y dejó que los periodistas y sus fotógrafos oficiales lo retratasen.
La polémica sobre estas fotografías de Putin la iniciaron los periódicos rusos, pero pronto Internet tomó el relevo. Foros de todo el mundo se hicieron eco de las imágenes y empezaron a catalogarlo como el nuevo símbolo erótico ruso, incluso hablando de que montado a caballo se daba un aire a James Bond en sus mejores tiempos. Surgieron también las primeras comparaciones, principalmente con el presidente francés, Nicolas Sarkozy, que una vez demostrado que hubo retoque con Photoshop para disimular el michelín quedó totalmente descartado. Uno de los colectivos que más ha hablado sobre el posado del presidente ruso ha sido el homosexual. En los foros gais rusos se ha planteado la posibilidad de que las imágenes de Putin, sobre todos aquellas en las que aparecía en compañía de Alberto de Mónaco, fuesen un guiño a la comunidad gay, emulando escenas de la película Brokeback Mountain, de Ang Lee.
Algunos de los principales analistas políticos de Rusia han ido todavía más lejos y han interpretado que con estas imágenes Vladimir Putin anticipa que se encuentra con fuerzas para afrontar la modificación de la Constitución necesaria para que pueda continuar en el poder.