Los ataques de Sinjar son los más graves desde la caída de Huseín

Colpisa

INTERNACIONAL

La Casa Blanca califica de «bárbaros» los atentados y muestra su determinación a seguir su misión en Irak

16 ago 2007 . Actualizado a las 16:31 h.

mosul | Más de 500 personas murieron y otras 375 resultaron heridas en los atentados perpetrados ayer con camiones bomba contra una minoría religiosa del norte de Irak, según un último saldo de los ataques, los más sangrientos desde la caída de Sadam Huseín en el 2003.

Un balance anterior señaló al menos 200 muertos y otros tantos heridos, según Dajil Qassim Hassun, alcalde de Sinjar, la ciudad del norte de la provincia de Nínive donde tuvieron lugar el martes los atentados en dos zonas habitadas por la secta preislámica de los yazidis. Un médico provincial, que se identificó como Mohammed Waadala, precisó posteriormente que 375 heridos fueron trasladados a siete hospitales.

El alcalde de Sinjar, a 110 kilómetros al oeste de Mosul, la capital de la provincia, advirtió que el balance podría aumentar en las próximas horas debido a las posibles víctimas aún bajo los escombros.

Según responsables locales y militares iraquíes, fueron cuatro los camiones bomba que explotaron en los poblados de al Qahataniya y al Adnaniya, esencialmente habitados por yazidis.

El Consejo de Clérigos, la máxima autoridad de los árabes suníes en Irak, se refirió a la autoría de los ataques y dijo sospechar de «un grupo con grandes capacidades (destructivas) y posibilidades». Otros sunitas afirman incluso que el presidente de la región kurda, Massud Barzani, aprovechará el ataque contra los yazidis para justificar el envío de milicianos kurdos (peshmergas) a la región

El embajador de Estados Unidos en Bagdad, Ryan Crocker, y el comandante de las fuerzas estadounidenses en Irak, el general David Petraeus, condenaron, después de la Casa Blanca, esos atentados, que calificaron de «bárbaros» y declararon su determinación a proseguir su misión en Irak.

El presidente iraquí, Jalal Talabani, que es kurdo, afirmó que los yazidis, que también son kurdos, son víctimas de una «guerra de exterminio lanzada por los terroristas y los takfiris (extremistas)» contra la población iraquí.

El primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, que debe hacer frente a una grave crisis política debido a las diferencias entre los suníes y los chiíes de su Gobierno, denunció el «crimen innoble», ordenó una investigación y afirmó que los atentados no impedirán «la continuación del proceso político».

Para la Liga Árabe, «la reconciliación nacional es el mejor medio para salir de la espiral de violencia».