La mayor parte son bombas de aviación, que estaban en zonas habitadas, incluso en casas El comandante general del cuerpo visitó Ferrol, donde calificó la misión de «espectacular»
20 oct 2006 . Actualizado a las 07:00 h.El batallón de la Infantería de Marina desplegado en el Líbano ya ha retirado más de 300 proyectiles sin explosionar en zonas habitadas. Se trata, en la mayoría de los casos, de bombas de aviación y de proyectiles de artillería de 155 milímetros, muchos de los cuales fueron hallados en calles de pueblos e incluso en el interior de viviendas de civiles libaneses. Esos datos fueron ofrecidos por el comandante general del cuerpo, Juan Chicharro Ortega, que visitó ayer el cuartel de Dolores en Ferrol, donde esta acuartelado el Tercio Norte de Infantería de Marina. El militar clausuró la reunión que durante los últimos cuatro días han mantenido los mandos de las Fuerzas de Protección de la Armada, integradas por los tercios de Madrid, Cádiz, Cartagena y Ferrol. Chicharro Ortega calificó de «espectacular» la misión de los infantes de marina en el Líbano, que serán reemplazados por la Legión el próximo 1 de noviembre. Además de la retirada de proyectiles, una labor «muy importante para los libaneses, el comandante general destacó las dificultades logísticas de la misión en Oriente Medio. «Hemos enviado un batallón a sesenta kilómetros hacia el interior del país, al pie del Golán; y ha sido preciso trasladar 80 toneladas de munición, 200 de agua, 200 de combustible, raciones, más de 100 contenedores...». Una operación que «ha sido un éxito» y que podría convertirse en un modelo a seguir en los posibles despliegues de largo alcance de las Fuerzas Armadas. El Tercio Norte de Ferrol La misión en el Líbano está integrada por tropas acuarteladas en Cartagena, pero destaca la presencia de un pelotón compuesto por militares del Tercio Norte de Ferrol, que tienen la misión de proteger los navíos de la Armada. Entre ellos Pablo Expósito Pita, un soldado de 20 años nacido en Ortigueira. La misión española en el Líbano, comandada por militares franceses, consiste en actuar como fuerza de interposición entre el Ejército de Israel y los milicianos de Hezbolá. Su objetivo último, en palabras de Chicharro Ortega, es «ayudar al Ejercito libanés a imponer su soberanía en el sur de su propio país», una zona controlada casi por completo por Hezbolá antes de las últimas ofensivas israelíes y que constituía «un Estado dentro del Estado».