La oposición acusa al Gobierno de haberse comprometido en secreto con EE.?UU. a participar en la invasión El PSOE le reprocha que sea el único líder europeo que no comparezca.
21 ene 2003 . Actualizado a las 06:00 h.El PP echó mano ayer de su mayoría absoluta para evita que José María Aznar aclare en el Parlamento si apoya o no un ataque unilateral de EE.?UU. a Irak. Toda la oposición criticó el «servilismo» del Gobierno español hacia Washington y mostró su preocupación por el respaldo a una eventual guerra preventiva que rompería con la tradición de España, contraria a cualquier acción a espaldas de la comunidad internacional. Esta vez ni CiU, ni siquiera Coalición Canaria, respaldaron al PP, que se quedó solo al rechazar las peticiones de PSOE, IU y Grupo Mixto para celebrar un pleno extraordinario sobre Irak. El portavoz de Exteriores de los populares , Gustavo de Arístegui, alegó que la jefa de la diplomacia, Ana Palacio, se encargará de explicar mañana la postura del Ejecutivo ante su respectiva comisión, después de su gira por Siria y Egipto. Hasta que el día 27 se presente el informe de los inspectores ante el Consejo de Seguridad, el PP cree innecesaria la presencia de Aznar en el Congreso. Las razones que vio la oposición en la ausencia de Aznar fueron bien diferentes. El portavoz del PSOE, Manuel Marín, aseguró que si Aznar es el único líder de un país europeo «no neutral» que no comparece en su Parlamento es porque «seguramente» tiene un compromiso con George W. Bush para participar en una acción armada «y no se atreve a decirlo». En este sentido, subrayó que España nunca ha respaldado acciones unilaterales (no participó en el bombardeo de Libia ni en la invasión de Panamá) y abogó porque el Ejecutivo trabaje por una postura común de la UE. También el portavoz de IU, Felipe Alcaraz, apuntó que Aznar se niega a comparecer «posiblemente para no mentir» al ocultar que ha «pactado en secreto» con EE.UU. En nombre del Grupo Mixto, Joan Saura, de IC-V, acusó al jefe del Ejecutivo de ser un mero «cartero» de Bush, mientras que Francisco Rodríguez, del BNG, consideró que actúa como un «procónsul de Washington» que confía en recibir parte del botín.