La guerrilla de las FARC respondió con actos terroristas a la ofensiva militar, aunque dijo estar dispuesta a negociar la paz con un futuro gobierno. Los atentados tuvieron lugar en los departamentos de Antioquia (noroeste), Huila (sur) y Cundinamarca (centro), donde destruyeron un gasoducto y estaciones de electricidad y telefonía. Estas acciones dejaron a la ciudad de Medellín sin servicio de gas, a una veintena de municipios sin electricidad y a otros dieciocho, sin servicio telefónico. Pese a las acciones, en un comunicado de trece puntos entregado a periodistas por un «guerrillero de civil», las FARC anunciaron ayer que están dispuestas a negociar y a «intercambiar y discutir la Agenda Común para el Cambio con un futuro gobierno», que deberá salir de las elecciones del 26 de mayo próximo, o del 16 de junio si fuera necesaria una segunda vuelta.