Yugoslavia, continuidad o democracia

REDACCIÓN A CORUÑA

INTERNACIONAL

Los bombardeos de la OTAN fueron utilizados como arma arrojadiza por los políticos rivales Las elecciones presidenciales de mañana en Yugoslavia están dominadas por un asunto que los políticos han repetido y utilizado, según sus propios intereses, durante la campaña: los 78 días de bombardeos aéreos de la OTAN de la primavera de 1999. Para el presidente Slobodan Milosevic, la oposición es un atajo de «vendepatrias» proatlantistas. Para el resto de los políticos, el candidato socialista a la reelección es un perdedor que atrajo hasta las bombas. Para refrescar la memoria a los serbios se ha organizado incluso un «juicio» contra Javier Solana, Bill Clinton y otros líderes occidentales, en el que fueron por supuesto condenados.

22 sep 2000 . Actualizado a las 07:00 h.

Dos formaciones de izquierda (SPS y JUL), sus aliados ultranacionalistas (SRS) y dos bloques de oposición liberal (DOS y SPO), compiten en los comicios de mañana. Los expertos auguran que la izquierda mantendrá el poder, aunque Slobodan Milosevic no tiene tan segura la reelección. Occidente, sobre todo EE UU, podría preferir una caída amortiguada del régimen, primero de su líder y después de su partido. Milosevic se niega a aceptar su responsabilidad en la miseria en que está sumida Yugoslavia _ante el país más rico de Europa del Este_, y la atribuye a la OTAN y al bloqueo económico. Muy al contrario, se presenta como el titán que resistió a la mayor fuerza de la historia, y pinta a la oposición como un enjambre de liliputienses que, en cuanto pudieron, salieron al extranjero besar a Bill Clinton. Ovde NAROD bira, ne NATO (Aquí elige el pueblo, no la OTAN), dicen los carteles del partido JUL de Mirjana Markovic (esposa de Milosevic), que llama a la oposición «la lista de la OTAN». El nacionalista moderado Vojislav Kostunica es el principal rival de Milosevic. Es dialogante con Occidente, promete no intentar imposibles contra la OTAN e irse antes de cuatro años. La UE apuesta por él y le prometió ayuda política y económica si vence. Aunque critica a fondo a Washington, condena el ataque de 1999 y niega que Milosevic sea más patriota que él. En 1995, acusó al presidente de traición y de ser acólito de EE UU tras los acuerdos de Dayton que trajeron la paz a Bosnia. Milosevic sabe por eso que Kostunica, cuyo apellido significa en serbio algo parecido a huesecillo, es duro de roer en temas de nacionalismo y un ave serbia rara, ya que no se le conoce un escándalo. Por ello, los estrategas de Milosevic apuntan sus lanzas al gerente de la campaña de Kostunica, Zoran Djindjic, un demócrata ex-alcalde de Belgrado, vulnerable por proatlantista. No se le perdona que en cuanto cayó en Belgrado el primer misil huyese al extranjero. A Milosevic se le acusa de ser el personaje más conveniente que EE UU ha encontrado para vulnerar a Europa y los Balcanes y afianzarse en Macedonia, Bosnia y Kosovo. Kosovo, inicio y fin «Si la OTAN votara volvería a elegir a Milosevic», comenta Mladjen Dinkic, economista de DOS, al recordar que una vez en 1994 la Alianza bombardeó a los serbios de Bosnia con la aquiescencia de Milosevic, que entonces era tenido por el comodín del negociador norteamericano Richard Holbrooke. El auge de Milosevic empezó en Kosovo en 1989, cuando decidió abolir la autonomía de que gozaban los albaneses y su declive puede nacer también en Kosovo, convertido en un protectorado internacional tras los bombardeos de la OTAN. Bloqueada por EE UU y la UE, Yugoslavia busca hoy salida en Rusia y en China.