El 19 de junio de 1987 ha pasado a las historia como la mayor aberración de la banda terrorista y en la que fallecieron 21 personas y otras 45 resultaron heridas
22 mar 2018 . Actualizado a las 18:05 h.El atentado Hipercor fue la mayor masacre de la historia ejecutada por la banda terrorista ETA. Fue el primer atentado que se dirigió directamente contra civiles y el primero también en el que ETA utilizó el napalm para hacer de la explosión una auténtica masacre. El 19 de junio de 1987 ha pasado a la historia como la mayor aberración de la banda terrorista y en el que fallecieron 21 personas y otras 45 resultaron heridas.
El comando Barcelona de ETA no solo buscó la destrucción del centro comercial Hipercor sino que fabricó una bomba especial «incendiaria» para quemar vivas a las víctimas que se hallaban en los grandes almacenes. Los terroristas colocaron 200 kilos de explosivos en el maletero de un Ford Sierra que habían robado en San Sebastián y lo situaron en la primera planta del aparcamiento del establecimiento. Según los Tedax, el artefacto que ocultaron en el maletero del coche bomba no estaba compuesto solo por 30 kilos de amonal, sino que también emplearon 25 kilos de un napalm casero, un explosivo altamente incendiario utilizado por los soldados por Estados Unidos en Vietnam y que se adhiere a la piel para calcinarla.
Cuéntame cómo pasó cierra su décimonovena temporada justamente en este punto, en un momento trascendental en la vida de un país. Las imágenes de aquella matanza en un centro comercial lleno de gente, un viernes por la tarde y en pleno centro de Barcelona dieron la vuelta al mundo. Inés Alcántara será la protagonista de un momento que marcó un antes y un después en la sociedad española.
La serie que protagonizan Ana Duato e Imanol Arias, la más longeva de la televisión en España, despide la temporada recreando el atentado de Hipercor, ocurrido en 1987. El suceso se recrea durante el viaje de Inés a Barcelona para estrenar una obra de teatro. No acude sola allí. Va acompañada de Oriol y Marcos. Mientras en Madrid no deja ajeno a nadie en el barrio de San Genaro el rodaje de la película La vida alegre, que está realizando el director Fernando Colomo. Todo el mundo está emocionado con su llegada. El cineasta va a usar a algunos vecinos como actores figurantes. Aunque sus ojos de artista se posan en uno de ellos, Antonio Alcántara, al que ve en lo alto de una ventana. También hay novedades para Carlos. Le pagan un adelanto de su novela y con el dinero que ha ganado aprovecha y le hace un regalo a Karina. Pero su padre no ve el dispendio con buenos ojos. Cree que no debe hacerlo porque supone un derroche, sobre todo después de los apuros económicos por los que han pasado.
Aquel 19 de junio de 1987, el etarra Domingo Troitiño realizó tres llamadas a las tres de la tarde dirigidas a la Guardia Urbana de Barcelona, a la dirección del centro comercial y al diario Avui, alertando de la presencia de un coche bomba aparcado en la primera planta de Hipercor. Las fuerzas de seguridad acudieron al lugar y el servicio de seguridad de Hipercor decidió no evacuar el edificio ya que no habían encontrado el coche bomba y creyeron que era una falsa alarma. Eran las 15:55 horas. Quince minutos después explotó la bomba que voló por los aires la primera planta del aparcamiento.
La polémica siempre rodeará esta masacre porque ETA avisó de la colocación de la bomba y las autoridades no desalojaron el centro. Es por ello que se convirtió en un antes y un después, en algo que no había ocurrido hasta entonces en nuestro país a nivel judicial. Varias sentencias reconocieron la responsabilidad patrimonial del Estado por un atentado. A raíz de una demanda presentada en 1992 por ocho heridos graves y cinco familiares de víctimas mortales, se condenó al Estado como responsable subsidiario por el «mal funcionamiento» de las fuerzas de seguridad, que no detectaron el coche bomba, y no desalojaron el edificio.
Domingo Troitiño y Josefa Ernaga Esnoz fueron condenados a 794 años de prisión como artífices de la masacre. Posteriormente, en el 2003, la Audiencia Nacional condenó a 790 años y medio de cárcel a Santi Potros y Caride Simón por ordenar y ejecutar, respectivamente el atentado.
El mismo día del atentado de Hipercor hubo también falsas amenazas de bomba en varios centros comerciales de toda España, entre ellos los de Continente y Alcampo en A Coruña, donde la Policía se vio obligada a desalojar a centenares de personas. También recibieron falsos avisos numerosas entidades bancarias que tuvieron que se ser inspeccionadas por equipos de artificieros de la Policía Nacional.