El «Masterchef» español se llama Juan Manuel

Noel Lago

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juanmanuel.Juan Manuel, con Ferran Adrià
Juan Manuel, con Ferran Adrià EFE

El almeriense se corona como ganador del concurso de talentos culinarios con la aprobación de Ferran Adrià tras superar a Eva y a Fabián en la final

03 jul 2013 . Actualizado a las 17:53 h.

Masterchef concluye con la coronación de Juan Manuel como el rey de la cocina aficionada -que no amateur- de España. El concursante ha entrado en el Olimpo culinario con el permiso de Ferran Adrià, que tras saborear sus platos los ha calificado de «un nivel técnico admirable y perfectamente ejecutuados».

El nuevo diamante de Masterchef aseguró que había cumplido un sueño, pero antes tuvo que pasar por una pesadilla resumida en dos horas de programa. Los tres concursantes finales, Juan Manuel, Eva y Fabián, se enfrentaron en una demostración final de instinto, destreza y gracia en la cocina. Previamente, los delantales blancos, que los acompañaron durante el programa, fueron intercambiados por chaquetillas que mostraban el paso de aficionado a chef, aprendiz a maestro, de niñez a adultez culinaria.

En la primera prueba, el jurado les encomendó la tarea de realizar una caldereta de pescados y marisco. No había margen de error. Aunque la evaluación corría a cargo del trinomio Pepe Rodríguez, Samantha Vallejo-Nájera y Jordi Cruz (jueces y mentores de los candidatos desde el primer día); unos invitados especiales apoyaron a los aspirantes en todo momento: tanto los familiares como sus antiguos compañeros de programa estuvieron presentes en las tribunas del plató de Masterchef para apoyar a los competidores.

Tras el primer reto de Masterchef, el joven Fabián quedó descalificado. Sus nervios descontrolados y la carencia de técnica al preparar la langosta fueron claves para el veredicto del jurado. Bizcochito, apelativo cariñoso por el que es conocido, tuvo que cesar en sus aspiraciones de llegar al último enfrentamiento, aunque en ningún momento se sintió defraudado. Es más, el jurado lo arengó a continuar su carrera en los fogones argumentando que era joven y que tenía mucho margen de error para triunfar.

Al mismo tiempo, Masterchef mostraba en un rincón paralelo como los antiguos concursantes charlaban jovialmente sobre su paso, aunque también quedó patente que los roces entre ellos persistían aún fuera del programa. El caso particular de José David y Maribel protagonizó parte del programa mientras los aspirantes luchaban por no quedar eliminados en la primera ronda.

Después de que Fabián hubiese quedado estancado en el colador, solo Juan Manuel y Eva pasaron a aspirar al título de Masterchef. Si los nervios antes estaban a flor de piel, un nuevo factor haría que la presión aumentase. Ferran Adrià, considerado por muchos el mejor cocinero del mundo, hacía su entrada en el plató-cocina de Masterchef. Acompañaría en todo el momento al jurado y tendría como encargo determinar al primer ganador del concurso.

Comenzaba el enfrentamiento final de Masterchef. No había más condición que preparar cualquier entrante, primer plato y postre para encandilar al jurado. Las herramientas de las que disponían ahora los concursantes eran el refinamiento, estilo y gusto adquiridos durante la instrucción para elegir y elaborar un menú propio de ser saboreado por los paladares más exquisitos.

La creatividad y energía que había mostrado Eva durante todo el concurso y que constantemente habían engatusado al tribunal, no fueron suficientes esta vez para derrotar a Juan Manuel. La unión del carpaccio de vieiras con cítricos y nueces, el bacalao al pil pil y el tartar de fresas con rosas fueron su salvoconducto hacia la Meca de los grandes en la cocina. Además, la osadía y el tempo con el que había preparado el almeriense sus platos provocaron que Ferran Adrià se deshiciera en elogios: «es increible que con solo 3 meses se preparen platos que podrían estar en un restaurante reconocido», admirando así la labor de Masterchef.

Así, tras el veredicto final y bajo la lluvia de confeti dorado, Juan Manuel se convirtió en el hijo predilecto de la primera edición de Masterchef. Los gritos de júbilo se aunaron las lágrimas, abrazos y felicitaciones de los presentes. De manos del gestor de El Bulli, le fue entregado el trofeo, los 100.000 euros y la posibilidad de publicar un libro de recetas propio.

Aunque probablemente esa no fuera la mayor de las recompensas, puesto que 5,5 millones de espectadores y un 33,1% de share alcanzado este martes por Masterchef compartieron con el almeriense los nervios al cocinar, la tensión en la cata del jurado y la euforia de la decisión.

Con este final, Masterchef premia la humildad y el esfuerzo de un concursante que siempre quiso saborear lo que es ser chef, aunque se quedara con la miel en los labios. Su pasión se vio truncada con la muerte de su padre cuando era joven, lo que lo condenó a abandonar su fomación y a trabajar de camarero. La ironía de ejercer un oficio tan cerca de su sueño no volverá a repetirse. «Con lucha y esfuerzo todo se consigue», exclamó cuando se vio coronado. Pudo ser el karma, pero es el reflejo de la humildad, talento y trabajo lo que lo ha proclamado como ganador.