Kota Harada, celtista japonés: «Me enamoré del Celta la primera vez que fui a Balaídos»

GRADA DE RÍO

Xoán Carlos Gil

Natural de Chiba, este aficionado viaja con frecuencia a Galicia por trabajo y así conoció al club; es miembro de la peña Afouteza Nipón

06 feb 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Kota Harada tiene 29 años y es natural de Chiba (Japón). Por motivos laborales -trabaja como delegado comercial de Coren en su país-, viaja a Galicia varias veces al año y, por medio de un compañero, en la última jornada de la temporada pasada, frente al Valencia, acudió por primera vez a presenciar un partido en Balaídos: «Me enamoré del Celta», asegura.

El compañero de trabajo que le llevó al estadio es «un celtista de cuna, de esas familias en que el celtismo pasa de padres a hijos», comenta. Y fue quien le animó a ir a un partido en el que, además, se encontró un ambiente especial. «Fue el día en que había una fiesta alrededor del estadio, con música, puestos de comida… Pero lo que más me gusta del Celta es la gente, los aficionados; me apasionó. Yendo en taxi al estadio con la camiseta puesta la siguiente vez, el taxista me empezó a contar que era aficionado de toda la vida. Le llamó la atención que yo también fuera aficionado. En ese momento, también me sentía ya celtista», relata.

Hasta su primer partido -luego ha vuelto ante el Getafe y el Athletic Club-, Kota sentía interés por el club, pero no se consideraba hincha celeste. «Lo conozco desde hace ocho o nueve años, en la primera etapa de Nolito. Sabía que era un equipo de Galicia y ya», recuerda. A partir de la primera visita al interior del estadio, empezó a interesarse por conocer más y buscando en Internet, dio con la agrupación de aficionados celestes de su país, Afouteza Nipón. «En verano, busqué por Instagram y Twitter y encontré sus cuentas. Justo estaban buscando socios para la nueva temporada, me puse en contacto y me incorporé. Nos reunimos para cenar y comer y ver los partidos. Me sorprendió mucho saber que había una peña en mi país».

El fútbol siempre le ha gustado, y reconoce que antes le tiraban más los llamados equipos grandes. «De pequeño, jugaba, y luego, siempre me ha gustado verlo. Me llamaban la atención los clubes más conocidos, como el Barça, pero ya no», detalla. Dice que haber descubierto in situ el «encanto» del Celta le ha alejado de los culés. «Aquello no lo sentía como siento el celtismo. Veo lo arraigado que está el club en la sociedad y eso te llega», expresa un japonés que se sabe Oliveira dos cen anos, como el resto de los peñistas de Afouteza Nipón.

Sus futbolistas preferidos del equipo son Fran Beltrán, «que es muy luchador» y Hugo Álvarez. «Otra cosa que me gusta es que el Celta tenga tantos buenos canteranos jugando en Primera que hacen que venga un gran futuro. Me gusta mucho cómo juega el equipo», añade. De todo eso habla con el compañero que le introdujo en el celtismo, que está encantado de haberlo sumado a la causa. «Está muy contento. Cada vez que vengo, hablamos del Celta más que de otra cosa», confiesa.

También ha descubierto un mundo nuevo con su propia peña. «Me sorprende que haya personas que llevan más de 20 años siguiendo al Celta, como el presidente, Chema -Shimpei Shimada-», dice con admiración. Y también el hecho de que sean quince peñistas en un país tan alejado y sin lazos específicos. «Sí que es extraño, pero es muy especial. Los amigos nos dicen por qué somos del Celta, siempre preguntan lo mismo. Yo contesto que porque me gusta, por el ambiente, por la gente, porque me enamoré del Celta de Vigo», sintetiza.

Se enamoró del Celta y no oculta que también de Vigo. «Es una ciudad muy bonita, abierta. Y se come muy bien, sobre todo, marisco», constata. Pero su prioridad para cada vez que su trabajo le vuelve a a traer a Galicia en próximas ocasiones ya está clara: «Lo primero que miro es si hay partido en casa para poder volver a vivir ese ambiente y disfrutar del equipo otra vez».