Mina y Maxi, caminos inversos

LA VOZ VIGO

GRADA DE RÍO

DANIEL MARZO - LOF

El vigués mejora los números del uruguayo dos años después del intercambio

03 dic 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuando Santi Mina regresó al Celta en el verano del 2019, el panorama distaba de ser del todo favorable para él. Por una parte, no se había ido de la mejor manera, con aquella famosa frase de que no se lo había pensado a la hora de subir al avión rumbo a Valencia; por otra, su fichaje se producía en el seno de una operación que incluía la pérdida de Maxi Gómez, que entonces tenía números mucho mejores que el vigués en La Liga. Dos años y medio después, los dos se ven las caras este domingo con los papeles cambiados.

En su presentación con el Celta, el canterano asumía que tenía un desafío difícil por delante, pero se mostraba motivado para lograrlo: «Es un aliciente demostrar al club que salió beneficiado de esta operación, es un reto para mí». Y añadía en referencia la posible falta de unanimidad en la afición respecto a su vuelta a casa: «Estoy capacitado para convertir la división de opiniones en aplausos».

Temporada a temporada, el canterano del Celta ha ido dándole la vuelta a los datos. Tanto es así, que en la 2019/2020, el uruguayo mejoró sus registros, pero el curso pasado ya sucedió al revés y ahora Maxi, en su peor momento desde su llegada a España, está muy lejos de los números de Mina. Y este, por el contrario, vive seguramente el mejor momento de su carrera a los 26 años, uno más que Gómez.

Desde que se acordó el intercambio, el céltico ha disputado 5.447 minutos en 82 partidos en Primera —64 como titular—, marcando 23 goles, son seis más de los que ha conseguido el delantero del Valencia en 5.634 minutos distribuidos en 75 duelos —65 siendo de la partida—. El primer año, Maxi se llevó el duelo entre ambos con tres goles más, pero el curso pasado, la mejor cifra fue de Mina, con cinco de ventaja sobre el vigués.

Este curso se mantiene la tendencia y frente a los cinco goles del vigués en Liga, el internacional con Uruguay lleva uno y, de hecho, ha desaparecido de las últimas convocatorias de su selección. Una muestra clara de que atraviesa un importante bache que ha venido dado en parte por los problemas físicos. Una lesión muscular le hizo perderse tres partidos y, desde entonces, en los dos últimos solo ha tenido minutos desde el banquillo.

Previamente, había sido baja por sanción tras ser expulsado en la octava jornada, pero antes había sido titular en todos los partidos, logrando un único gol: frente al Osasuna en la cuarta fecha. A estas alturas, en su segunda temporada en el Valencia llevaba cuatro tantos, mientras que hace dos años, iba ya por los seis.

Antes del intercambio

La crisis de Maxi queda aún más en evidencia si se le compara consigo mismo, con los registros que logró en Vigo cuando era un joven recién llegado a la liga que, además, tuvo que ponerse a punto en el plano físico a marchas forzadas. Pero en aquella temporada 2017/2018 alcanzó los 17 goles, cifra que es su tope y que ha ido decreciendo temporada a temporada. Si bien en este curso aún tiene tiempo por delante para, al menos, frenar la caída y superar los siete tantos en competición doméstica del curso pasado, su mínimo.

Por el contrario, Mina igualó el curso pasado sus mejores números de siempre en Primera con 12 goles que también había firmado en el Valencia en la temporada 2017/2018. Solo ese año llevaba tantos goles como ahora a estas alturas. Si se tiene en cuenta la Copa, en esa temporada en que más brilló alcanzó las 15 dianas; el martes también aprovechaba para marcar la primera del torneo del ko en un partido en el que partió como suplente y solo la lesión de Thiago Galhardo impidió que descansara como estaba previsto.

Maxi le marcó al Celta

Donde le gana Gómez a Mina es en el gol a su antiguo equipo. El vigués nunca ha marcado un gol al Valencia, ni en su primera etapa ni en la actual, mientras el uruguayo sí que fue capaz de anotar en Balaídos el curso pasado con la camiseta del conjunto che, un gol que no quiso festejar. A la postre, además, no valió para puntuar, ya que los vigueses acabaron llevándose ese partido por un marcador final de 2-1.