El Celta se asienta en su irregularidad

Julio Á. Buylla VIGO

GRADA DE RÍO

XOAN CARLOS GIL

23 nov 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

El Celta suma un nuevo punto como local, pero continúa sin consolidar ni juego ni resultados. Los vigueses parecen no dar con la tecla para cambiar una situación que no es excesivamente preocupante por ahora, pero que, con las Navidades ya a la vuelta de la esquina, no parece tener un horizonte despejado. El tiempo pasa, con él pasan las jornadas y, sea por h o por b, unos días por unas cosas y otros por otras, el bagaje en puntos de los celestes es escaso y no logran consolidar al equipo en zona tranquila.

¿Dónde quedó aquella presión eficaz y coordinada de los celestes que era la clave y el eje sobre el que giraba el juego del equipo tanto en ataque como en defensa? Las ayudas defensivas parecían multiplicar la presencia de los célticos sobre las zonas de balón y provocaban el error en el rival. Robo, pase, transición, verticalidad y llegada en área contraria. A día de hoy, sin las ayudas necesarias, la presión pierde efecto y una deficiente presión suele traer más perjuicios que beneficios, sobre todo cuando dejas espacios atrás.

El Villarreal no fue distinto a sus antecesores y planteó el partido en clave defensiva esperando los errores de los celestes. Algo que los visitantes de Balaídos parecen tener ya interiorizado. Y es que el Celta parece que encara los partidos sin el nivel justo de determinación. Comienzos planos que apenas diferencian un partido de otro sea cual sea el rival y escenario. Se cometen errores evitables en zonas de peligro y se transmite esa sensación de calma lineal que hace echar de menos ese punto de asfixia que todo equipo debe sentir por lo menos inicialmente cuando visita el campo del rival. Además, el gol de los castellonenses, lejos de servir de acicate, hundió más al equipo hasta el punto de convertir otra vez a Matías Dituro en el mejor del partido, y eso que ambos porteros tuvieron uno de esos días en los que a uno no le gusta ser el protagonista.

Los días raros. Esos en los que ocurren situaciones que escapan de la lógica y de la razón. Días en los que hasta lo más fiable deja de serlo y en los que buscar los motivos incluso resulta un ejercicio baladí. Las cosas, a veces, suceden sin más y eso le pasó al que hasta ahora ha sido el mejor jugador celeste en lo que va de temporada. Dituro erró claramente en la primera y después salvó, la segunda, la tercera… Pero así es la portería: capaz de magnificar los solitarios errores y de trivializar los múltiples aciertos.

Cambios para cambiar cosas es algo que por ahora se echa en falta en el Celta de Eduardo Coudet. No es fácil inventarse alternativas que realmente den un vuelco a las situaciones, pero el Celta navega inamovible con su sistema de referencia y con livianas alteraciones en quienes tienen que ejecutarlo. Mientras, el Chacho sigue buscando pareja de centrales. Contra el Villarreal, Aidoo presentó candidatura a ser un fijo. Contundente e intenso, el ghanés por ahora está un punto por encima. Y eso si las lesiones lo respetan, claro.