El canterano se gana la continuidad en el Celta tras dos años en crecimiento
24 jun 2020 . Actualizado a las 05:00 h.Hay futbolistas que por su posición en el campo o estatus dentro de la plantilla pueden pasar más desapercibidos pero su contribución es igual de importante y efectiva. En el Celta es el caso de Kevin Vázquez, que ha jugado los dos últimos partidos como titular en el lateral derecho y ha demostrado con creces estar preparado para el reto. El de Nigrán ha dado un paso al frente después de acumular 20 partidos con el primer equipo y ante el Alavés incluso se enseñó en ataque y provocó el penalti que transformó Nolito. Un dato más que invita a pensar que el Celta no ejecutará la opción de corte que tiene sobre el lateral, que el 1 de julio pasará por tanto a tener tres años de contrato con el primer equipo.
Kevin ha pasado de sustituto de Hugo Mallo a alternativa del capitán. Se lo ha ganado a pulso. El eterno capitán del filial, que llegó a Primera con 25 años, no se ha saltado ni una clase. Cuando debutó el la élite lo hizo con la lección bien aprendida: su cometido esencial es defender y al arte de estorbar, incordiar y recuperar el balón se entregó el curso pasado, el año del debut en el primer equipo. Con el trío de entrenadores del curso anterior jugó cuatro partidos de liga (uno como lateral zurdo en el Bernabéu) y dos de Copa. Curiosamente, de los seis tres fueron con la Real Sociedad, su rival de esta tarde.
En su segundo año ha dado un salto y el espíritu defensivo inquebrantable va acompañado de una pequeña rendija para asomarse en posiciones más avanzadas por su carril. Hasta la fecha el canterano, que llegó al club en alevines, ya ha jugado 11 partidos de liga, todos como titular, y tres de Copa, saliendo desde el banquillo en Mérida.
En la competición de la regularidad y con Kevin en el campo, los vigueses solo perdieron en la primera jornada con el Real Madrid en Balaídos y en la segunda vuelta en Valencia (la última derrota viguesa a domicilio el 1 de febrero pasado).
Este bagaje le ha cargado de confianza y en su regreso a la titularidad tras la pandemia Kevin Vázquez Comesaña (Nigrán, 1993) está exhibiendo su mejor versión. En Valladolid mostró seguridad y determinación y fabricó la jugada que acabó con el primer aviso de Aspas. Y el domingo, ante el Alavés, se atrevió con explotar el carril, aun jugando con defensa de cuatro, y como premio encontró una obstrucción que acabó en penalti.
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Sus dos actuaciones recientes y el crecimiento experimentado a lo largo de estos dos años son el mejor aval para pensar que Kevin, celeste de corazón y desde la cuna, seguirá vistiendo sus colores durante tres temporadas más. Al igual que Juan Hernández, y cuando subió al primer equipo, el Celta le hizo un contrato de cinco años pero con la opción de ser cortado a la conclusión del segundo (dos más tres en realidad). Para ejecutar esa cláusula, el club tiene de plazo hasta el próximo martes 30 de junio, una circunstancia que parece del todo descartada en función de los últimos acontecimientos.
El gran secreto en el crecimiento del nigranés está en el trabajo diario. En no desfallecer ni arrojar la toalla cuando la salida a otro equipo semejaba el camino más fácil. Kevin no salió a Segunda en su día y decidió aguantar en el Celta B y el invierno pasado volvió a repetir la operación y desde el minuto 0 dijo que quería quedarse y tomar nota de Hugo Mallo. Al final, el alumno ha aprendido la lección y se ha convertido en una pieza importante para blindar el flanco derecho en la ardua tarea de la salvación.
