Kevin recomienda a los padres de la cantera «que disfruten de sus hijos dejándoles a los niños hacer lo que les gusta, que es jugar, sin dar lecciones de fútbol, que para eso está el club». En su caso personal, considera que tuvo la «suerte de tener unos padres normales» que le acompañaban y apoyaban en todo. «Tengo la imagen de mi madre con el bocata al salir, después de esperarme dos horas y media, porque era el último en salir de la ducha», confiesa divertido.
Además, considera que la formación tiene un papel importante en todas las personas y que en el caso del futbolista ayuda a mayores a evadirte del mundo del fútbol y conocer otra realidad. «Por las tardes hay días que paso cuatro horas en el laboratorio y me ayuda a despejarme, a liberarme, a socializar más. Estás en contacto con otra gente distinta a ti, a los futbolistas, es otra diversidad y es importante».