Ipurua tiene la llave de la tranquilidad

X. R. C. VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

Oscar Vázquez

Tras dos empates y con Okay como novedad, el Celta busca dar un paso adelante ante el Eibar

29 sep 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Hay empates y empates. El Celta regresó del Metropolitano ufano con un punto debajo del brazo, pero pese a marcar en el último segundo salió cabizbajo de Balaídos el pasado jueves. Hoy puede arreglarlo y se capaz de encontrar la hoja de ruta que conduce al triunfo a domicilio, algo que no sucede desde el pasado mes de diciembre del 2018.

Pero Ipurua nunca ha sido una plaza fácil para nadie, aunque el Celta fuera capaz de puntuar en tres de sus cinco visitas en Primera. El empuje de los armeros y sobre todo su capacidad para generar centros laterales desde cualquier punto del campo les convierten en un complicado enemigo, en especial teniendo en cuenta el sufrimiento de los vigueses para defender ese tipo de jugadas.

Por eso Escribá pretende que el Celta afronte el partido con el balón pegado al pie como mejor arma, tanto para defender como para atacar haciendo daño, un aspecto que se echa de menos en este inicio liguero con tan solo cuatro goles a favor. Esa declaración de intenciones no excluye que el equipo gane músculo y centímetros con Okay, que podría recuperar la titularidad en la sala de máquinas en detrimento de un Beltrán que terminó con calambres el encuentro del jueves.

También podría darle respiro el valenciano a jugadores como Rafinha que quedaron agotados del esfuerzo del jueves y sin apenas tiempo de recuperación. En este caso Brais Méndez podría recuperar una titularidad que perdió el sábado pasado. Todo lo demás apunta al mismo equipo.

No parece ser el momento de las rotaciones, pero sí de las necesidades. Porque un triunfo en seis jornadas parece poco bagaje para el conjunto vigués, que necesita alcanzar las aguas tranquilas cuanto antes y aprovechar que lo peor del calendario parece haber pasado.

En Eibar los célticos se encontrarán con dos viejos conocidos como principales amenazas de los armeros. El juego de Fabián Orellana desde la banda derecha y la capacidad de remate de Charles Dias. Los dos se han adaptado a la perfección a un equipo que desde la humildad se ha convertido en un clásico de Primera y que el jueves ya avisó de lo que es capaz remontándole dos goles al Sevilla en la recta final. El Celta va avisado.

Juncà, alta en una lista sin David Costas y Pione Sisto

Fran Escribá convocó a 20 futbolistas para el partido de este mediodía frente al Eibar, por lo que deberá hacer dos descartes, uno de ellos portero, para la lista definitiva. Esos dos futbolistas que no vayan al banquillo se suman a los descartes de David Costas, Pione Sisto y Claudio Beauvue. Por contra, David Juncà entró en su primera convocatoria de la temporada después de superar su lesión de subluxación de hombro y recibir el alta. Teniendo en cuenta las decisiones de Escribá, lo lógico es que prescinda de un defensa para ir al banquillo.

Para David Costas es el segundo partido consecutivo en el que se queda fuera, mientras que Pione Sisto tuvo unos minutos frente al Espanyol, aunque salió al campo desconectado por completo, y Beauvue sigue sin ser citado como en los seis partidos anteriores. Regresa Okay tras ser descarte frente al Espanyol e Iker Losada se queda fuera por segunda semana y todo indica que estará esta mañana con el filial ante el Langreo.

Cuando la comida es a las diez y media de la mañana para estar despiertos

El Celta jugará por primera vez en los tiempos modernos a las dos de la tarde, una hora mucho más habitual para comer que para disputar un partido de fútbol.

El horario acordado por la LFP a finales de la temporada pasada requiere de algunos ajustes a la hora de preparar el partido. Losa célticos se levantarán un poco más tarde y no harán desayuno y comida, sino una sola ingesta al filo de las diez y media de la mañana, con tiempo suficiente para hacer la digestión y llegar muy despiertos al partido de Ipurúa.

«Como el horario no es el idóneo les dejamos descansar ayer por la mañana para que pudieran dormir bien pero el domingo va todo más rápido. Te levantas, no haces el desayuno habitual sino una especie de luch pronto que sea una especie de desayuno-comida y al partido. El horario es un poco extraño pero nos adaptamos como cualquiera», explicó Escribá sobre los cambios a los que obliga el horario, puntualizando que no hay excesiva diferencia entre jugar a las doce de la mañana o las dos de la tarde «porque cuando juegas a las doce también haces un desayuno un poco más fuerte. Retrasaremos un poco el horario habitual de un desayuno y nada más. En la parte alimenticia no hay ningún problema, es más que cuando llegue la hora del partido el jugador ya lleve varias horas despierto para que el cuerpo ya esté en plenitud de todo», concluye el entrenador.