Iago Aspas, 32 años de celtismo

La VOz VIGO

GRADA DE RÍO

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El canterano y alma del Celta nació en Moaña el 1 de agosto de 1987

01 ago 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

El 1 de agosto de 1987, hace 32 años, nacía en Moaña Iago Aspas Juncal. El hecho de que desde el pasado domingo el campo de su localidad natal lleve su nombre permite formarse una idea de lo que supone para su pueblo el futbolista del Celta. Y esa importancia que ha adquirido va estrechamente ligada al club de su vida, del que está considerado cada vez por más gente como el mejor futbolista de su historia.

Marta G.Brea

Aspas comenzó su etapa en el Celta cuando tenía ocho años y tras haber mentido sobre su edad para poder hacer unas pruebas que le permitieran incorporarse al club. En julio de 1997, en una imagen del archivo de La Voz, el delantero sostenía el cartel del Alevín B en la presentación del equipo liderado por Karpin y Mostovoi que iba a conseguir la clasificación para Europa. «Nueve años tenía, creo recordar que fue mi segunda temporada en el club», recordaba en un comentario en esa foto en la cuenta de Instagram de Grada de Río.

Luego vendrían quince años casi ininterrumpidos -tuvo un breve paso por le Rápido de Bouzas- vistiendo de celeste. Pasó por todas las categorías inferiores hasta llegar al filial, donde los habituales de Barreiro no tardaron en darse cuenta de que aquel no era un futbolista cualquiera. Destacaba por su carácter que le llevaba a ser expulsado en más de una ocasión, pero sobre todo por una calidad fuera de lo común.

Siendo aún jugador de aquel filial, Alejandro Menéndez lo hizo debutar a finales de la temporada 2007/2008 que frecuentemente se pasa por alto cuando se repasa su trayectoria. Porque el partido donde se dio a conocer para la mayoría del celtismo fue un año después, su debut en Balaídos con el primer equipo frente al Alavés con un doblete que espantaba los fantasmas del descenso a Segunda B.

XOAN CARLOS GIL

A partir de ahí, no todo fue un camino de rosas para Aspas. Su carácter le volvió a jugar malas pasadas, pero no le impidió ser una pieza clave en el ascenso del 2012 y en la salvación conseguida in extremis en el 2013. Viviendo antes aquella recordada eliminatoria frente al Atlético con Eusebio en Copa o el sinsabor del play-off frente al Ganada en el 2011.

Conseguido aquel objetivo que en un momento dado parecía imposible de la salvación del 4 % en el 2013, Aspas hizo las maletas rumbo al Liverpool. Pero aquello no fue como esperaba y tampoco en Sevilla al año siguiente le salieron bien las cosas. Y en el verano del 2015 regresaba a Vigo para consagrarse.

XOAN CARLOS GIL

En las cuatro temporadas transcurridas desde entonces ha vuelto a haber prácticamente de todo. Desde una semifinal de Europa League hasta volver a ver el precipicio de cerca en esta última temporada. Siempre con un Iago sobresaliente que entre medias se ha convertido en fijo en la selección española y ya sabe lo que es participar en un Mundial. Sin olvidar que, vestido de celeste, lleva tres campañas consecutivas siendo el máximo goleador español.

La pasada campaña fue el más difícil todavía, pasando casi tres meses lesionado y volviendo para salvar a su equipo a base de goles y corazón celeste. Quién sabe lo que depararán los 32 a Aspas y a un celtismo ansioso por seguir disfrutando del que ya para siempre será un ídolo celeste.

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