Carlos III retira los títulos al príncipe Andrés y lo expulsa de su residencia en Windsor
GENTE
Con esta medida el hermano del rey de Inglaterra deberá dejar la mansión de Royal Lodge, en la que también vivía Sarah Ferguson. Residirá en una vivienda en Sandringham, de propiedad privada del rey, quien además se hará cargo de sus gastos
31 oct 2025 . Actualizado a las 11:56 h.El Palacio de Buckingham confirmaba en las últimas horas que el rey Carlos III ha iniciado el proceso formal para retirar los títulos y honores del príncipe Andrés, así como para poner fin al contrato de arrendamiento que le permite residir en Royal Lodge, la mansión situada en los terrenos de Windsor en la que ha vivido hasta ahora. La medida, según fuentes citadas por la prensa local, supone la pérdida definitiva de los privilegios institucionales que el «hijo favorito» de Isabel II aún mantenía desde su retirada de la vida pública en el 2019.
Según se ha sabido a última hora de la tarde, ya se le ha entregado a Andrés una notificación oficial para que «renuncie a su contrato de arrendamiento sobre Royal Lodge y se traslade a una vivienda privada alternativa». El texto subraya que las medidas «se consideran necesarias» pese a que el príncipe «continúa negando las acusaciones en su contra».
Con esta decisión, Andrés de York pierde las prerrogativas que aún lo vinculaban institucionalmente con la monarquía. Entre ellas figuran el uso del tratamiento de «Su Alteza Real», los títulos de duque de York, conde de Inverness y barón Killyleagh, y las condecoraciones honoríficas que conservaba de manera simbólica. Cabe destacar que varios diputados han impulsado en paralelo una moción parlamentaria para formalizar la retirada de los títulos nobiliarios, lo que podría completarse en las próximas semanas.
Un alquiler de 75 años
La orden de abandonar Royal Lodge representa un cambio de gran alcance. La propiedad, de más de 30 habitaciones y rodeada de jardines, pertenece al Crown Estate, la entidad que gestiona los bienes de la Corona. Andrés la ocupa desde el 2003 en virtud de un contrato de arrendamiento a 75 años que le permitía residir allí hasta el 2078, tras pagar una prima inicial y asumir el coste de las reformas, valoradas en unos 7,5 millones de libras esterlinas. Ese acuerdo le otorgaba protección legal para permanecer en la residencia incluso después de haber dejado de ejercer funciones oficiales.
Sin embargo, fuentes de Buckingham han confirmado que el contrato deberá ser rescindido. La notificación formal de entrega ya ha sido servida, lo que implica que el duque deberá abandonar la vivienda. El Palacio no ha precisado cuál será su nuevo lugar de residencia ni las condiciones en que se producirá el traslado.
La pérdida de Royal Lodge se suma a la retirada de la protección oficial que acompañaba a su condición de miembro de la familia real. Según el periódico The Guardian, el rey Carlos III había ordenado el año pasado la cancelación del contrato de seguridad privada financiado por el Palacio, anticipando la reducción de sus privilegios. Con la decisión de este jueves, el príncipe pierde también la escolta permanente sufragada con fondos públicos, medida que ya se aplicó en el caso del príncipe Harry tras su renuncia a las funciones oficiales en el 2020. A partir de ahora, Andrés deberá costear su propia protección y seguridad.
En los últimos días se habló de dos posibilidades. Una que fuese vecino del rey Juan Carlos I en Abu Dabi, tras el ofrecimiento del jeque Sheikh Mohamed bin Zayed Al Nahyan de uno de sus palacios allí. La otra era que tanto Andrés como Sarah Ferguson estaban intentando negociar que les diesen dos casas a cambio de dejar Royal Lodge, una de ellas la que reformaron y en la que residieron brevemente el príncipe Harry y Meghan Markle. Esta opción, parece improbable.
Andrés tendrá ahora el trato de un plebeyo y, según los medios, vivirá en una vivienda en Sandringham, de propiedad privada del rey, quien además se hará cargo de los gastos de su hermano, según informa Efe.
Apoyo a las víctimas
El comunicado difundido por Buckingham Palace añade un mensaje de apoyo a las víctimas de abuso, al señalar que «Sus Majestades desean dejar claro que sus pensamientos y su más profunda simpatía están, y seguirán estando, con las víctimas y los supervivientes de cualquier forma de abuso». La frase busca enmarcar la decisión dentro de un contexto institucional más amplio, sin aludir directamente a las acusaciones que motivaron el distanciamiento de Andrés.
A pesar de perder títulos, honores y residencia oficial, Andrés de York mantiene el título de príncipe por nacimiento y conserva su lugar en la línea de sucesión al trono británico, donde ocupa actualmente la novena posición, tras los hijos y nietos del príncipe de Gales y otros miembros de la familia cercana.
El príncipe Andrés se retiró de la vida pública en noviembre del 2019 tras su entrevista con la BBC sobre su relación con Jeffrey Epstein. En el 2022 alcanzó un acuerdo extrajudicial con Virginia Giuffre, quien lo había acusado de abusos sexuales, un cargo que él ha negado en todo momento. Desde entonces, su papel dentro de la familia real se ha limitado a actos estrictamente privados.
El príncipe Guillermo, hijo de Carlos III y heredero al trono británico, habría sido uno de los más críticos en los últimos tiempos con el príncipe Andrés y solicitaba a su padre medidas más contundentes contra su tío.
La familia de Giuffre pide investigar a Andrés
La familia de Virginia Giuffre, la estadounidense que acusó al expríncipe Andrés de abusos sexuales cuando era menor de edad, ha saludado la decisión de Carlos III, pero considera que la medida es insuficiente y pide una investigación policial.
La medida del monarca fue recibida con satisfacción por la familia de Giuffre, quien se suicidó después de denunciar que Andrés abusó sexualmente de ella cuando tenía 17 años y fue víctima de las actividades del magnate Epstein. En un comunicado enviado a la BBC, la familia de Giuffre afirmó que ella «nunca dejó de luchar por la justicia».
El hermano de Giuffre, Sky Roberts, agradeció al rey por la medida, pero insistió en que «no es suficiente, necesitamos una investigación más exhaustiva» y que Andrés «esté detrás de las rejas», a pesar de que el hermano del rey ha negado los abusos.
Los políticos califican de «valiente» la retirada del título de príncipe a Andrés
Los políticos británicos han saludado la decisión del rey Carlos III de retirarle a su hermano Andrés el título de príncipe y califican la medida de «valiente» y un mensaje «poderoso» para las víctimas de abusos sexuales.
La ministra británica de Cultura, Lisa Nandy, afirmó a la BBC que se trata de una medida «valiente, importante y correcta», que envía un «mensaje contundente» a las víctimas de abusos. «Creo que es un mensaje muy poderoso para las víctimas de abuso sexual infantil. Antes de entrar en el Parlamento, trabajaba con niños que habían sufrido abusos, incluidas muchas niñas que fueron víctimas de terribles abusos por parte de bandas de abusadores», afirmó.
Esta ha sido una «decisión valiente, importante y acertada por parte del rey, y la apoyo plenamente», señaló Nandy.
En tanto, el líder del Partido Liberal Demócrata, Ed Davey, señaló a los medios que el rey ha hecho lo «absolutamente correcto». «Es evidente que la posición de Andrés se había vuelto totalmente insostenible, tras haber deshonrado su cargo y avergonzado al país. Este es un paso importante para reconstruir la confianza en nuestras instituciones y poner fin a toda esta lamentable historia», agregó.
Los liberal demócratas habían instado al Gobierno a reservar tiempo para un debate en el Parlamento sobre el contrato de arrendamiento de Royal Lodge por parte de Andrés, quien no pagaba renta por esa lujosa mansión de 30 habitaciones en Windsor, a las afueras de Londres. «Ha vivido allí con un alquiler simbólico desde el 2003», dijo.
La líder del Partido Conservador, Kemi Badenoch, afirmó que debió de ser «muy difícil» para el monarca tomar medidas contra su hermano, pero que era correcto porque la población no toleraba las acusaciones de abuso sexual por parte de Andrés.
En declaraciones a un programa de radio de la emisora LBC, Badenoch señaló que el rey «ha sentido claramente que esta es la decisión correcta para la familia real. Debió de ser algo muy difícil para él. Es decir, tener que hacerle eso a tu propio hermano, pero los estándares y las expectativas en la sociedad actual son muy altos. La gente espera ver los más altos niveles de integridad».