La exaltación del producto, iniciada hace dos años por dos restaurantes, se ha convertido en un éxito
10 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.Hace dos años que dos restaurantes gallegos (Arume y Cera 23) ubicados en el Raval barcelonés, declararon el barrio pulpo friendly. Los domingos, a la hora del aperitivo, comenzaron a ofrecer tapas de pulpo á feira en el Arume, mientras de fondo actuaba un disyóquey. «Como gallegos que somos, queríamos ofrecer un producto de nuestra tierra», explica Rubén Bermúdez, gallego de Muros y uno de los socios de este restaurante que lleva seis años asentado en Barcelona.
Lo que comenzó siendo una especie de reunión de amigos que no pasaba de las 30 o 40 personas pasó a convertirse en algo mucho más grande. «Llegó a haber hasta 300 personas en la calle para participar en la pulpada», rememora Bermúdez. El espacio se quedó pequeño. Buscaron otros espacios, pero la policía siguió multándolos.
Este fue el origen de la Pulpada electrónica, un gran evento que reúne pulpo y música, que se celebró ayer en la Antigua Fábrica Estrella Damm, en el barrio de la Sagrada Familia. El de ayer, con la participación de 2.000 personas, fue el encuentro más concurrido, pero desde que Arume y Cera 23 lo promovieron se hizo en 25 ocasiones. Desde Galicia llegaron unos 300 kilos de pulpo.
El encuentro duró desde la una hasta las ocho de la tarde, pero la gente comenzó a hacer cola a las doce del mediodía, pues las entradas, que eran gratis, aunque había que reservarlas por Internet, volaron hace semanas. «A las dos horas de crearse el evento en Facebook», precisa Ciara Cabodevila. Esta pontevedresa, amiga de los organizadores, fue la encargada de vender en el recinto la mercadotecnia de la pulpada: camisetas, bolsos, mecheros…
La de este 9 de abril fue la primera vez que la pulpada se celebró en la Antigua Fábrica Estrella Damm. «No queríamos que se acabara. Esto es como una especie de feria gallega y queremos seguir haciéndolo una vez al mes, aunque será itinerante», cuenta Rubén Bermúdez. La siguiente se celebrará el 23 de abril, el día de Sant Jordi, en el centro cultural Arts Santa Mónica, situado en las Ramblas.
Asistencia masiva
La asistencia a la pulpada de ayer fue tan masiva que algunos asistentes protestaron por tener que hacer colas de hasta cincuenta metros en la calle. Muchos no pudieron reservar la entrada por Internet, pero se acercaron igualmente para ver si podían hacerse con una en taquilla. «Me enteré de esta pulpada electrónica por Facebook. Ya había más de 1.600 personas apuntadas», explica mientras espera su ración Julio Prado, pontevedrés de 32 años. «Me encanta el pulpo á feira y no es tan fácil comerlo bueno en Barcelona», añade.
Mientras de fondo sonaba música de distintos disyokeis, el ambiente vivido en un día soleado en la Antigua Fábrica Estrella Damm fue eminentemente festivo. Y los asistentes no solo pudieron disfrutar de raciones de pulpo con cachelos , que se pusieron al económico precio de seis euros, sino también de patatas bravas, albóndigas y bocadillos de lacón 5 euros. Y cerveza, claro. Aunque el que de verdad triunfó fue el pulpo gallego.