La amiga que acompañaba a Samuel Luiz cuando fue asesinado desmonta la versión de Katy: «Me tiró al suelo y me dijo que no me metiera, que conmigo no iba»
GALICIA
En la tercera jornada del juicio, uno de los ciudadanos senegaleses que auxiliaron a la víctima reconoce a los cinco acusados como agresores; su compañero, solo a uno, a Alejandro Freire. «Cayó desplomado en mis brazos mientras nos rodeaban», relatan
18 oct 2024 . Actualizado a las 21:46 h.Fue conmovedor ver y oír a la joven que le dio a Samuel Luiz el último abrazo que recibió en su vida cuando agonizaba sobre la acera cubierto de sangre. Era una de sus mejores amigas, la que estudió con él para auxiliar de enfermería, y trabajaban juntos en la residencia benéfica de Padre Rubinos de A Coruña. Es Lina, la chica que aquella noche del 3 de julio del 2021 salió de fiesta con la víctima para celebrar el fin de las restricciones por la pandemia y que este viernes, en la tercera sesión del juicio, no solo relató con detalle qué ocurrió, sino que también echó por tierra la versión de Katy Silva.
La acusada, para la que piden 25 años de prisión por un delito de asesinato con el agravante de discriminación por orientación sexual, declaró el jueves que, lejos de empujar a Lina, intentó parar la agresión. La amiga de Samuel dijo todo lo contrario: «Cuando empezaron a pegarle, grité varias veces que pararan y Katy me tiró al suelo de un empujón. Me dijo que no me metiera, que conmigo no iba». La defensa de la procesada le preguntó si no es más cierto que su clienta apartó a Diego Montaña, que entonces era su novio. La testigo lo negó: «No vi en ningún momento que hiciera eso». Añadió además que se dirigió a Samuel como «maricón».
Lina contó que aquella noche se encontraba con Samuel en el paseo marítimo en una zona próxima al Playa Club. Decidieron hacer una videollamada a una amiga de ambos que se encontraba fuera de la ciudad. La víctima era la que llevaba el móvil, que giraba para enseñarle a aquella «el gran ambiente que había en la calle». En eso apareció Diego Montaña con su entonces pareja, Katy Silva. El acusado se dirigió a Samuel: «Déjame de grabar, maricón, que te voy a matar». El fallecido «le intentó explicar que no lo estaba grabando, que estaba haciendo una videollamada. Incluso le mostró la cámara del teléfono en la que se veía a nuestra amiga», recordó Lina.
No sirvió de nada. «Ahí se lanzó contra él y empezó a pegarle. Yo intenté que parara y fue cuando Katy me tiró al suelo. Cuando me levanté ya vi que había muchas personas golpeándolo y fue cuando aparecieron los chicos senegaleses», declaró.
Lina recordó que al principio de la agresión Samuel le pidió que buscara su móvil, que se le había caído. «No lo encontré y me dirigí de nuevo hacia el lugar donde estaba Samuel. Ya estaba inconsciente y apareció un matrimonio mayor. Le pedí a la señora que llamara a la ambulancia y estuve junto a mi amigo hasta que llegó el 061».
El abogado de Diego Montaña quiso saber si la testigo considera que la ropa que llevaba Samuel aquella fatídica noche —un pantalón claro y una camiseta blanca—, son «prendas de apariencia homosexual», en clara referencia a que su defendido atacó, según Lina, a Samuel con insultos homófobos. Lina, contrariada por la pregunta, solo contestó que Samuel nunca ocultó su orientación sexual».
Tras esta declaración entró en la sala la joven con la que Lina y Samuel estaban haciendo una videollamada. Vino a confirmar lo que antes se dijo, que en un determinado momento de la llamada escuchó «a alguien decir ‘‘deja de grabarme, maricón, que te mato''». Le preguntaron si había escuchado a alguien pedir que parara la agresión: «Solo escuché a Lina. A nadie más», comentó Vanesa. Y ahí se cortó la llamada. «Volví a llamar a Lina después de lo que había pasado. Y ahí fue cuando me dijo que Samuel estaba muy mal y que se lo llevaban al hospital. Que nadie lo pudo sacar de ahí y que nadie le ayudó. Al día siguiente fue Lina la que me avisó de que Samuel había fallecido», relató entre lágrimas.
Finalizada su comparecencia, llegó el turno de los jóvenes senegaleses que ayudaron a Samuel. El primero en testificar fue Ibrahima Diack. Contó que aquella noche salió a dar un paseo con su amigo Magatte N'Diaye y vieron «a un grupo de personas pegándole a un joven». Corrieron hacia el lugar. «Mientras yo cogí a Samuel en brazos para llevármelo de allí y que dejaran de pegarle puñetazos y patadas, mi amigo hacía de escudo con las manos arriba hasta que llegó un momento en el que tuvimos miedo por la situación, pues éramos ilegales y si llegaba la policía nos podía pedir los papeles y ahí se acabaría nuestro sueño de vivir y trabajar en España. Así que nos terminamos yendo porque también nos pegaron a nosotros». «Estábamos rodeados y nos golpeaban continuamente. A veces saltaban, algunos lanzaban golpes, por todos los lados. Nos perseguían sin parar», añadió. «Cuando Samuel cayó, los chicos desaparecieron todos», agregó.
Preguntado por si reconocía en la sala a alguno de los acusados, señaló a Alejandro Freire sin dudar, pero precisó que no recordaba más caras porque solo intentó socorrer a Samuel Luiz y luego escapar para evitar una posible expulsión del país. Lo hizo, aseguró, porque le «salió de corazón».
En cambio, Magatte N'Diaye reconoció a los cinco acusados como presentes en el tumulto, si bien precisó que no era capaz de decir quiénes golpearon a la víctima.
La presidenta del Tribunal del Jurado interrumpió el interrogatorio a Magatte durante dos minutos para recordarle a David Freire, abogado e Alejandro Freire, alias Yumba, que es ella la que «dirige el juicio» y que evitase, bajo la amenaza de llamarlo al orden, cualquier tipo de comentario o aspaviento mientras estaba preguntando al testigo. Venía al caso porque el letrado apreciaba contradicciones en la declaración y el declarante no se explicaba.
Había dos cosas que no entendía el abogado del joven acusado de agredir y sujetar por el cuello a Samuel mientras Diego Montaña, supuestamente, le daba puñetazos. Una, que cómo era posible que el testigo no se acordase de que acudió hasta en dos ocasiones a comisaría para declarar e identificar a los autores. Y dos, qué motivo había para que en ningún momento de la instrucción, pocos días después de la muerte de Samuel, no fueran capaces de identificar a ninguno de los acusados y ahora, «tres años después, lleguen aquí y uno reconoce a mi cliente y el otro a los cinco».
No solo fue este letrado el que intentó buscar una explicación a eso. También el resto. Ramón Sierra, defensa de Kaio Amaral, y Manuel Ferreiro, de Alejandro Míguez Roca, (el quinto imputado) apoyaron a su colega y cuando les llegó el turno a ellos volvieron a preguntar al testigo por lo mismo. Consiguieron que Magatte N'Diaye precisase que los vio en la zona pero no podía decir si pegaron o no.
¿Kaio Amaral y su novia ayudaron a levantarse a Lina después de que la acusada la empujase?
El abogado de Kaio Amaral le preguntó a Lina si recordaba a las personas que la habían ayudado a levantarse del suelo después de que la empujaran. Lina contestó que no. Insistió el letrado con una nueva pregunta: ¿Pero no reconoce a esta persona que tengo a mi lado y a su novia como las personas que la ayudaron a reincorporarse? La testigo volvió repetir lo mismo, que no.
Estas preguntas sorprendieron a los presentes. Hasta ahora nunca trascendió que Kaio había declarado que fueron él y su pareja los que intentaron parar la pelea hasta el punto de ayudar a la persona que estaba con Samuel. Tendrá que demostrarlo. Por lo de pronto, Lina dijo que no.
Otro asunto que llamó la atención en la sala fue la insistencia de las defensas en preguntar a los testigos si la víspera se habían reunido con un letrado de la acusación, algo que está totalmente prohibido. Todos, tanto Lina como Ibrahima Diack y Magatte N'Diaye lo negaron. Los abogados no quisieron decir con quién los habían visto hablar. Lo dirán al final.
El último testigo de la jornada fue un ciudadano que se encontraba aquella noche en el lugar de los hechos y vio cómo un grupo de jóvenes golpeaba por todo el cuerpo a otro. Explicó que pudo ver «a un grupo de personas muy mayoritario golpeando a alguien. Era una auténtica paliza». «Cuando llegué estaba solo Samuel, precisó tras incidir en que tenía «miedo» y que por eso «no se le pasó por la cabeza intervenir». Sí dijo que avisó a un coche patrulla que vio cuando ya la agresión se trasladó a un último punto, donde la víctima cayó por segunda vez sin poder levantarse. Este testigo apuntó también al uso de una botella por parte de alguien en la agresión. «Vi una botella en lo alto con intención de llevarla hacia abajo para golpear y luego sonó a roto».
El lunes continuará el juicio en la Audiencia Provincial de A Coruña con la comparecencia como testigos de cinco amigos de los acusados que estaban en el lugar de los hechos. El martes declararán otro de sus conocidos y cuatro ciudadanos que lo vieron todo. El día más esperado de la semana es el jueves, con la presencia de los dos menores ya condenados por matar a Samuel.