La universidad gallega sigue lejos de la élite mundial pese a la mejora de la USC
GALICIA
El ránking de Shanghái deja a los campus de Galicia fuera de los 500 primeros puestos
15 ago 2024 . Actualizado a las 13:03 h.El Academic Ranking of World Universities (ARWU), más conocido como ránking de Shanghái —ya que es la universidad Jiao Tong de esa ciudad quien lo elabora—, ha dejado este año fuera de las quinientas mejores instituciones del mundo a las gallegas. Por segundo año consecutivo se quedan fuera de la élite en una clasificación —la más conocida para medir a las universidades del mundo— en la que la USC se sitúa entre los puestos 501 y 600. Vigo, su parte, baja hasta la horquilla 801-900, y A Coruña sigue sin aparecer. No son buenos resultados para las tres universidades públicas gallegas. Santiago se recupera del descalabro del 2023 —había pasado de estar entre los puestos 401 y 500 al 601-700—, pero sigue sin volver a la élite de las 500 primeras. En cuanto a Vigo, que en el 2023 logró posicionarse entre las 600 mejores desbancando en Galicia a la USC, en esta última clasificación cae 300 posiciones. La UDC, por su parte, no entra en el ránking general, que incluye mil universidades.
Es evidente que las instituciones gallegas no pueden competir con Harvard, Stanford, Cambridge, Oxford o Yale. Y no pueden hacerlo por varios motivos: tamaño, presupuesto, capacidad de atracción... Esta clasificación, además, mide parámetros muy excluyentes y excesivamente focalizados en la investigación, como el número de alumnos y profesores que han sido premio Nobel o medalla Field —el nobel de las matemáticas—, los artículos publicados en Nature o Science o las publicaciones registradas en Science Citation Index-Expanded y Social Science Citation Index. En España, por ejemplo, solo hay ocho nobeles —contando al nacionalizado Vargas Llosa— y siete han sido alumnos o docentes en la Complutense.
La realidad es que la universidad gallega, con su pequeño tamaño, ha vivido mejores épocas en este ránking. Entre los años 2016 y 2017 Santiago logró posicionarse en la horquilla del 301 al 400 y durante años se mantuvo entre las quinientas mejores. Su primera incursión en esta clasificación fue en el 2004, hace dos decenios. En cuanto a Vigo, también logró estar entre los 500 primeros puestos en el 2012, y llevaba años entre el 501 y el 600, por lo que la caída del 2024 supone descender 200 posiciones. En relación a las otras universidades españolas, la USC ocupa el decimoquinto lugar y Vigo el 30.
Galicia no es la única en llevarse un varapalo. Este ránking, el más antiguo e influyente, incluye en 2024 en su selecto club de las 500 mejores del mundo a diez campus españoles, uno más que el año pasado (cuando cosechó su peor resultado), pero tres menos que en 2019 y 2020, sus mejores registros. La nota positiva es que, aunque el peso académico de España no despegue, una quinta parte de sus campus públicos está entre la élite planetaria. Es la duodécima potencia universitaria del mundo.
Como ocurre desde la primera edición (2003), no hay españoles entre los cien primeros, pero al menos este año vuelve a haber un campus nacional en el top 200: la Universidad de Barcelona. Es la única capaz desde hace una década de ocupar puestos entre el 150 y el 200. Ha regresado a esta zona de prestigio tras el pinchazo de 2023 cuando cayó al escalón 201 a 300. La razón que aleja a los centros nacionales de los primeros puestos es que la clasificación de Shanghái valora esencialmente la investigación de muy alto nivel (sobre todo la científica y técnica) por encima de la docencia, y prima con hasta un 30 % de puntos a las universidades con alumnos y profesores en posesión del Nobel o la Fields, escasas en todas las instituciones españolas.
Potencia en la parte media
España tiene una presencia modesta en la élite, pero en cambio es una potencia entre la clase media de la educación superior. Tiene un notable nivel de calidad en la gran mayoría de sus campus. Así lo demuestra el segundo tramo, el que define las universidades que ocupan los puestos del 501 al 1.000, e incluye a otros 26 centros españoles. Eso sí, son tres menos que el año pasado, lo que supone su tercer peor registro hasta ahora entre esta clase media. La lista ampliada certifica que 36 universidades españolas (todas públicas salvo la de Navarra) están entre las mil mejores. Esto significa que el 70 % de los campus públicos españoles están entre los de mayor calidad del planeta.
Estados Unidos acapara el podio con Harvard, Stanford y el MIT
Las diez primeras posiciones del ránking de Shanghái son las de siempre, pero con ligeras variaciones de orden: Oxford escala un puesto, al sexto, y Caltech otro, hasta el octavo. Están copadas por las ocho grandes estadounidenses, con Harvard, Stanford y el MIT a la cabeza, y por las dos ilustres británicas, Cambridge (cuarta) y Oxford. No hay posibilidad de encontrar un campus que no pertenezca a ambos países hasta la posición 12, donde se ubica la Universidad París-Saclay.
La Universidad de Tsinghua (Pekín) es la primera asiática, en el puesto 22, y la australiana de Melbourne, en el 37, es la primera de Oceanía. El dominio estadounidense entre las mejores universidades del mundo es aún notable, aunque menguante. En el top 20 acapara 16 centros (uno más que el año pasado), en el top 100 tiene 38 (igual) y en el global de las 500 principales un total de 114 (seis menos que en el 2023). Le sigue como potencia emergente China, con 103 centros (14 en el top 100).
Las facultades gallegas estrenan el próximo curso la matrícula gratis
El ránking ARWU mide el prestigio o la calidad investigadora, pero una universidad pública se valora por más parámetros, como la equidad y la accesibilidad. Y las gallegas, en este caso, están a la cabeza si se tienen en cuenta los precios de matrícula, los más bajos de España, que a partir del curso 2024-2025 lo serán aún más con la gratuidad total para aquellos estudiantes que acceden a la universidad, o los de cursos posteriores que aprueben entre el 65 y el 90 % de los créditos según el área de conocimiento.
En realidad, los alumnos que cumplan los requisitos pagarán un simbólico porcentaje del 1 % de los precios públicos de matrícula, lo que equivale a 7,1 euros. En el caso de los jóvenes que continúen estudios, será necesario haber estado matriculado en el 2023-2024 en un centro propio o adscrito de las universidades gallegas. La medida supone un ahorro medio para las familias de tres mil euros por cada hijo universitario.