La bombilla de la libertad
Poco tiempo ha estado sola Isabel (¿cuál va a ser?) en su cruzada contra la oscuridad. El grupo de los iluminados se amplía con adeptos que rechazan el apagón indiscriminado. El telescopio espacial, por mucho que se aleje en la inmensidad del universo, seguirá detectando las luces que enciende Abel Caballero, un socialista al que nadie le quita el interruptor. Algo parecido hace el Gobierno vasco, contrario a la penumbra decretada por Sánchez. En ese Gobierno están los socialistas del PSE, donde milita un Patxi López que alza la voz contra la presidenta que va por la calle de Alcalá. Es decir, que no solo ella es «egoísta, casposa y negacionista», sino también socialistas de alto voltaje que siguen el mandato bíblico de «hágase la luz». ¿Corren todos ellos riesgo de electrocutarse con una denuncia? No, porque se acaba de acordar la desjudicialización de la política. Aunque hubiera una sentencia adversa, se incumple y no pasa nada, como en Cataluña. Nuestra estatua de la libertad lleva en la mano una bombilla.
Lutero en Ribarteme
Como el origen de la procesión dos cadaleitos dicen que se remonta al siglo XII, George Borrow pudo haberla conocido durante aquel viaje suyo que dio lugar a La Biblia en España. Si estuvo en Santa Marta de Ribarteme habrá hecho un gesto de repugnancia ante la superstición. Como buen protestante, el viajero que recorre Galicia en el XIX tenía alergia a esas practicas que tanto atacara Lutero, defensor de una religión sosa que no encajó en la idiosincrasia gallega a pesar de los esfuerzos de sus seguidores. La virtud del catolicismo fue el reseteo de viejas tradiciones para conciliarlas con Dios. El resultado son devociones como esta procesión que un párroco cancela al considerarla supersticiosa. Es lo que habrían hecho Lutero y Borrow, y lo que no hicieron otros pastores de la Iglesia gallega, gracias a los cuales la fe sigue viva a pesar de todo. Si después se proscriben también O Corpiño, la Pedra de Abalar, los exvotos de San André de Teixido o la misma ofrenda al Apóstol, hasta la Santa Compaña se hará protestante.