El PSOE de Lugo afronta una nueva fractura por el poder en la Diputación

s. varela LUGO / LA VOZ

GALICIA

Óscar Cela

Dimite el secretario lucense con duras críticas a Caballero, que vive su primera crisis

18 jun 2019 . Actualizado a las 12:52 h.

Cuatro años después, el PSOE en la provincia de Lugo vuelve afrontar una nueva crisis y, como en aquella ocasión, con el poder por la Diputación de Lugo de fondo. El secretario provincial, Álvaro Santos, dimitió «por discrepancias coa dirección do PSdeG» y con su secretario general, Gonzalo Caballero: «Están a traballar única e exclusivamente no plano orgánico, só buscan colmar ambicións persoais sempre dos mesmos, mentres eu traballei para ofrecer un proxecto de sociedade».

La dimisión de Santos -que accedió al cargo en diciembre del 2017 tras ganar las primarias a otros dos candidatos, con el 53 % del apoyo de los militantes- provoca que la ejecutiva provincial que él eligió cese de sus cargos, incluida su presidenta, la alcalde de Lugo, Lara Méndez, quien contó con él para su lista como número dos y, de momento, seguirá como concejal en el Concello. A partir de ahora, el secretario de organización del PSdeG, el lucense José Antonio Quiroga, toma las riendas del partido en la provincia hasta que se convoquen unas nuevas primarias.

Santos explicó ayer los numerosos desencuentros que ha tenido con Caballero y con Quiroga, pero la decisión sobre quién tenía que ser el candidato del PSOE a presidir la Diputación y la elección de los diputados provinciales acabó por romper la situación. Santos, que aún es portavoz en funciones del gobierno provincial, defendió que debería continuar el actual presidente, Darío Campos, pero unas semanas antes de las elecciones locales la dirección gallega comenzó a apostar por el alcalde de Monforte, José Tomé. Finalmente será este el candidato que propondrá Ferraz, ya que se considera que es el que tiene mejor sintonía con las direcciones de Santiago y Madrid.

«Intentei reconducir con Caballero e Quiroga a situación con consenso, pero non houbo respostas, porque non interesa o diálogo, só impoñer», explicaba Santos, quien justificó su renuncia «porque a min me elixiron os militantes para desenvolver un proxecto político e non vou a ser cómplice dunha manobra de división que quere colmar as ambicións dalgúns, pero ollo, hai unha parte do partido que está calada mentres discuten os de sempre». El ya exlíder de los socialistas lucenses puso varios ejemplos de la falta de sintonía con la dirección gallega: «É curioso como varios ministros foron a Ourense mentres a nós se nos negaban as súas visitas, e ao final nós temos o Concello e a Deputación, e en Ourense, nin unha nin a outra».

Dos provincias

Caballero evitó ayer entrar directamente en los argumentos de Santos: «Estamos ben, o partido está ben, e non imos perder o tempo en debates estériles». Aun así, Caballero afronta su primera gran crisis desde que fue elegido secretario general del PSdeG. Controla el aparato del partido en Galicia, pero no así las direcciones provinciales de A Coruña y Pontevedra, ni la de Lugo hasta ayer.

El PSOE aduce que la pérdida de un diputado y la caída en votos en la capital son suficientes argumentos para cambiar el rumbo del partido y de la Diputación lucense. Además, el papel de Caballero en la comisión federal de listas le ha valido para imponer su criterio en el caso de la provincia de Lugo y, de paso, ir marcando su poder interno de cara a presentarse como candidato a las elecciones autonómicas del 2020.