Luis Emilio Batallán: «Esta huelga de hambre es por mi dignidad personal y contra el poder»

GALICIA
Médico y cantautor, Luis Emilio Batallán inició un encierro en Pontevedra para denunciar su jubilación forzosa
03 abr 2020 . Actualizado a las 10:26 h.Son las diez de la mañana. El médico y cantautor Luis Emilio Batallán cumple sus primeras 24 horas en huelga de hambre. Desde el lunes protagoniza un encierro en la sede del Colegio Oficial de Médicos de Pontevedra para denunciar su jubilación forzosa en el año 2013, la lentitud de la Justicia y los recortes que están afectando a la sanidad pública. Está sentado en un sofá de una sala y rodeado de varias botellas de agua.
«De momento llevo peor el no dormir bien que el hambre», dice. Llevaba meses con la idea de emprender una huelga de hambre que, al final, ha consumado. «Dejar de comer no es un cachondeo, pero no se puede jugar con los puestos de trabajo de los funcionarios públicos. Hago esto por dignidad personal, por la dignidad de mis pacientes y contra el abuso de poder». Y le pone nombres a ese abuso. Cita expresamente al presidente de la Xunta, Núñez Feijoo, y a la exconselleira de Sanidade, Rocío Mosquera.
Luis Emilio Batallán está enfadado. Basta una pregunta para que coja carrerilla y suba el tono de voz. Hoy tiene 69 años, y a los 65 se vio obligado a dejar su puesto como facultativo de familia en el centro de salud de Moraña. El Sergas le denegó la prórroga y desde entonces ha agotado la vía administrativa y emprendido la judicial. «Estoy pendiente del Supremo y espero que en dos meses me den la razón», sentencia.
Cuando se le pregunta por qué decidió tomar esta decisión tan drástica ahora, no tarda ni un segundo en contestar. «Porque me harté. La lentitud de la Justicia es lo que me ha llevado a esta situación», asegura. Admite que hubo algunas personas que lo intentaron convencer para que se sacara de la cabeza esta idea. Pero fue en vano. Uno de ellos fue el presidente del Colegio de Médicos de Pontevedra, Luis Campos. No obstante, desde la entidad afirman que como colegiado que es se «consiente su presencia, además de comprender la situación en la que se encuentra, y que le ha llevado a expresar su malestar para con la actuación de la Administración».
«Me echaron a la calle porque tenía un sueldo grande y dijeron que no era necesario»
El doctor Batallán no sabe lo que aguantará sin comer, pero quiere que su huelga de hambre dé la vuelta a España y sirva para algo. «No se puede tragar con todo, las políticas austericidas en la sanidad no se pueden consentir. El otro día murió un paciente en A Estrada porque no había médico», remacha. Insiste una y otra vez en que como médico de familia y funcionario APD (asistencia pública domiciliaria) el Sergas le denegó la prórroga con el argumento de que no era necesario. «Me echaron a la calle porque yo tenía un sueldo grande, que me había ganado porque tenía mucha antigüedad. Para mí fue un ERE encubierto que afectó a casi mil médicos y que se hizo para ahorrar gastos», apunta.
Batallán siempre tuvo dos pasiones, la medicina y la música, y es precisamente la segunda la que le ayuda en estos momentos. «Cuando me tuve que jubilar forzosamente, mis pacientes, muchos mayores, me decían, ‘vostede déixanos, don Luis’. Y yo me cansé de decir, ‘non, non son eu, bótanme’».
Su abogado, Celestino Barros, explica que el Sergas le denegó la prórroga en el servicio activo por considerar que su especialidad médica no era deficitaria. No obstante, vía decreto se convocaron 40 plazas de médico de familia, la única especialidad que requería de forma urgente más profesionales. El letrado expone que el recurso admitido a trámite por el Supremo se centra en la vulneración del principio de reserva de ley para regular cuestiones que afecten al estatuto de los empleados públicos.