«Por el váter entraban algas del mar»

Emiliano Mouzo A CORUÑA / LA VOZ

GALICIA

El día después en A Coruña sirvió para hacer balance de los daños causados y confeccionar los partes a los seguros

02 jul 2018 . Actualizado a las 07:48 h.

La ciudad de A Coruña amaneció conmocionada por la tromba de agua de la tarde del sábado, una jornada en la que, según los datos de la estación meteorológica situada en la Torre de Hércules, cayeron sobre la ciudad noventa litros por metro cuadrado. En las calles de la zona cero, -desde la avenida del Ejército hasta O Parrote- todavía se podía ver este domingo sobre el asfalto y en las aceras lo que había ocurrido el sábado desde las cinco hasta casi las siete de la tarde: barro e incluso aguas residuales.

Además, fueron varios negocios los que no pudieron abrir sus puertas hasta el mediodía. «Ayer por la tarde -refiriéndose al sábado- ya tuvimos que mandarles mensajes a nuestros clientes porque no podíamos servirles la cena que tenían contratada», manifestó un hostelero de la zona afectada. «Nos entró el agua hasta la cocina», dijo el responsable del restaurante Noray, en la Marina. «Tuvimos que colocar las mesas de la terraza como barreras para evitar que el agua entrase en el local», señala el responsable de otro establecimiento.

cÉSAR QUIAN

En la heladería La Ibi, ubicada en la proximidades de María Pita, fue tal el anegamiento que después de entrar la lluvia en el local «me salía el agua por la taza del váter», contó la encargada de esta empresa. Pero es que no solo afloraba agua: «Por el váter entraban algas del mar». Este fenómeno se explica por la coincidencia de las inundaciones con la marea pleamar.

En plena temporada alta, los hosteleros y comerciantes de la zona cero también se afanaban para poder abrir sus negocios: «No podemos permitirnos el lujo de estar cerrados», manifestó el encargado de la cervecería O Sampaio. Dijo que el sábado «lo pasamos mal, pero tenemos que continuar trabajando y estuvimos casi toda la noche para tener el local a punto». Grandes empresas hosteleras también se vieron seriamente afectadas. En la mañana del domingo en el Gasthof de la Marina aún estaban colocados los carteles que anunciaban el riesgo de resbalar en el local, «a pesar de que está todo seco y aseado», dijo una de las trabajadoras.

Uno de los sectores más perjudicados por las intensas lluvias del sábado fueron los aparcamientos públicos de la ciudad, sobre todo el de Los Cantones, el de Juana de Vega, el del centro de ocio Palexco y el de O Parrote.  

Retirando coches con grúas

Nada más comenzar a llover con intensidad muchos propietarios de vehículos se acercaron al garaje de Los Cantones, muy afectado, para retirarlos. «Algunos, los que estaban en el segundo sótano, ya no pudieron acceder a ellos», contó un empleado de la concesionaria. La solución era llamar a grúas para que pudiesen retirar los coches. La empresa Garaboa puso a disposición de los afectados todos sus vehículos: «Hubo que sacar muchos coches», contó un empleado. Algunos de ellos ni tan siquiera arrancaban; a otros les entró el agua por las rendijas de las puertas y les dañó mucho el tapizado, indicaron estas fuentes.  

Partes a los seguros

Tras la tromba de agua del sábado, muchos empresarios de la zona centro y propietarios de vehículos afectados por las inundaciones, se dedicaron a llamar a sus seguros para dar los partes de los daños sufridos. «Aún estoy evaluando los daños, pero me temo que fueron muchos», contó Fernando López, propietario de la tienda El Baúl de los Recuerdos. Adriana Suárez, titular de la tienda Croquetas y Presumida, no pudo trabajar este domingo porque tenía todo el sistema de Internet «estropeado». Tenía muchos pedidos, «pero se quedaron en nada».