Por aquí había que empezar

Xosé C. Fernández TRIBUNA

GALICIA

14 mar 2017 . Actualizado a las 16:21 h.

El nuevo auto judicial sobre el accidente de Angrois señala a un técnico de alta graduación del ADIF como investigado para dilucidar las causas concurrentes que permitieron que sucediese el grave accidente, además de la responsabilidad del maquinista. Debemos recordar que los trenes de alta velocidad no circulan bajo la sola responsabilidad de su conductor, sino que transitan dentro de un sistema que permite y garantiza que aquellos rueden con seguridad suficiente para conservar el vehículo y la vida de los viajeros.

El tiempo confirma que la vía instructora más útil es la que ahora se emprende, afrontar de forma directa por qué ese tren, en condiciones precarias, tenía autorización para circular por una línea que no disponía de los sistemas con que fue proyectada. Haber dirigido las imputaciones hacia responsables de la cúpula empresarial sin disponer de elementos directos relacionados con el accidente, además de pérdida de tiempo, era desencadenar -como así sucedió- que los más poderosos utilizasen los medios del Estado (y nuestro dinero) para defenderse y eludir cualquier responsabilidad directa sobre el accidente.

Ahora el técnico investigado tiene la oportunidad de relatar su verdad. Si en conciencia se considera el único artífice de permitir que un tren al que acompañan sospechas de no cumplir los requisitos de homologación, circulando sin el sistema de seguridad ERTMS activado, fuese autorizado a transitar por un tramo de vía sin finalizar y falto del sistema de seguridad proyectado, sin señalización y balizamiento paliativos que compensasen dichas carencias.

Parecen muchas responsabilidades acumuladas en una sola persona, por muy competente que sus superiores le considerasen, en una empresa en que cada uno cobra por la parte alícuota de sus decisiones. Debemos esperar que el aforismo marinero -que cada palo que aguante su vela- haga aflorar el entramado que propició tamaño desaguisado, y las razones que movieron a unos y otros con desprecio de la vida de quienes confiamos en el Estado para viajar.

En honor al colectivo de Víctimas del Alvia 04155, es de justicia reconocer su empeño en llegar a conocer la verdad que se esconde tras esta tragedia, llevando su lucha hasta el mismo corazón de las instituciones europeas, cuando en España no han contado con ningún apoyo por parte de la Administración ni del Gobierno. Ese empeño y el pronunciamiento de Bruselas, no debemos dudarlo, se hallan en la raíz del nuevo rumbo de la investigación.