Galicia tiene hoy 130.000 jóvenes menos que en 1787 pese a doblar la población de entonces

maría santalla REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

La población en Galicia
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En el Censo de Floridablanca, el 50 % de los habitantes de Galicia eran menores de 25 años; en el 2015 eran el 20 %

08 ene 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Que Galicia vive una grave crisis demográfica es una evidencia que ratifica cada nuevo dato estadístico que sale a la luz. E incluso los no tan nuevos. Una comparación de la Galicia que dibuja el Censo de Floridablanca, elaborado en 1787, con el padrón del 2015, último con datos definitivos, desvela que la estructura poblacional ha cambiado por completo. La población de la comunidad es ahora prácticamente el doble que la de entonces: había, en el momento de ese recuento, 1.345.676 habitantes, frente a los 2.732.347 del 2015. Pese a ello, la cifra de personas con menos de 25 años es menor en la actualidad que hace dos siglos. En aquel momento había 683.188 jóvenes menores de esa edad; ahora son solo 549.436. O lo que es lo mismo, el 50 % de la población de 1787 tenía 25 años o menos, mientras que en el 2015 el porcentaje había bajado al 20 %.

En la parte alta, la pirámide de población es también muy diferente en la actualidad, aunque en este caso condicionada por una esperanza de vida mucho mayor de la que tenían los coetáneos de Floridablanca. Por encima de los 50 años había en aquel momento en Galicia 216.090 personas; en el último padrón, 1.208.080. A pesar de que la población duplica la que había a finales del siglo XVIII, en los últimos años ha entrado en valores negativos, y las proyecciones apuntan a que en el 2030 volverá a las cifras de 1940.

El Instituto Nacional de Estadística ha publicado no solo el de Floridablanca, sino toda una serie de censos históricos, conservados en el Archivo de Simancas, que permiten profundizar en el conocimiento del pasado de España y, por extensión, de Galicia. Los primeros trabajos estadísticos aparecen en el siglo XVI, aunque no con la finalidad de recontar la población, sino para recaudar impuestos. La información no se obtenía de los vecinos, sino de las autoridades de cada circunscripción. Es a partir de mediados del siglo XVIII cuando comienzan a elaborarse censos cuyo fin es conocer la población y que recurren directamente a esta para recabar los datos. En todo caso, unos y otros permiten hacer una radiografía más o menos precisa de la Galicia de cada momento.

Aunque con oscilaciones a lo largo de la centuria, los primeros datos estadísticos reflejan que el XVI fue un siglo de expansión demográfica en Galicia. En aquel momento los recuentos se hacían por número de vecinos o pecheros, según el documento del que se trate, que no equivalían a personas, sino a contribuyentes. Los historiadores suelen aplicar un coeficiente de conversión de cinco personas por cada vecino, de tal manera que si en la vecinanza de 1533 se habían contabilizado 60.333 vecinos en Galicia, eso significa que la población sería de poco más de 300.000 personas. Al finalizar el siglo, el entonces Reino de Galicia habría duplicado sus habitantes, de manera que en 1591 habría 125.718 vecinos que equivaldrían a 628.590 personas.

Una amplia mayoría de esos gallegos de hace cinco siglos vivían en núcleos rurales. Las ciudades comenzaban a ganar peso, pero lo hacían muy poco a poco, y solo aproximadamente el 10 % de la población habitaba en centros urbanos. Pontevedra era en ese siglo la localidad con más moradores (entre 6.000 y 7.000), seguida de Santiago, Ourense y A Coruña.

La población gallega seguiría creciendo en el siglo XVII, sobre todo en los últimos decenios. Aunque en esta centuria las fuentes demográficas son escasas, Galicia habría pasado de contar con 735.000 habitantes en 1631 a superar ligeramente el millón en 1709. La explicación a esta expansión demográfica estaría, según apuntan algunos historiadores, en la introducción del maíz y el buen rendimiento de este cultivo a partir de la crisis de finales de los años veinte de ese siglo. En este caso, la expansión demográfica llegó antes a las zonas del litoral que al interior de la comunidad.

En el siglo XVIII mejora la calidad de las fuentes documentales y esto permite contar con más datos y más precisos sobre la población gallega. El Catastro de Ensenada de 1752 y el Censo de Floridablanca de 1787 son los más fiables para abordar los datos referidos a Galicia. En esta centuria se acentúa la concentración de la población en las comarcas del litoral y el interior de Galicia comienza a perder protagonismo, aunque cuando a finales de siglo la costa comience a dar señales de estancamiento o incluso a sufrir una caída demográfica, será el interior el que vuelva a experimentar un repunte demográfico, sobre todo Lugo. Al cultivo de la patata se atribuye esta etapa expansiva.

El Censo de Floridablanca ofrece datos sobre la estructura de la población por edades, y también sobre sus ocupaciones. La más abundante en Galicia era la de labrador, un trabajo que desempeñaban 189.100 personas. Unos años antes, el Catastro del Marqués de la Ensenada da para Galicia una población de 1.299.312 habitantes, de los que 180.355 serían «labradores y mozos», 5.568 serían marineros, 7.644, trabajadores de la piedra y construcción, 3.959 zapateros, 2.288 sastres, 2.731 tejedores, 987 milicianos y 9.321 eclesiásticos, entre otras profesiones.