«Tres años después me encuentro peor»

andrea presedo / m. s. REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

PACO RODRÍGUEZ

Supervivientes y familiares de las víctimas de Angrois siguen sufriendo heridas psicológicas y físicas

23 jul 2016 . Actualizado a las 10:01 h.

Dicen que el tiempo todo lo cura. Pero tres años no han sido -ni serán- suficientes para superar lo que se vivió la tarde 24 de julio del 2013 en la curva de A Grandeira. Un tren descarrilaba y con él la vida de cientos de personas. 80 murieron. Estas son las reflexiones, tres años después, de algunas víctimas del accidente:

Margot Viguera, 40

«No voy a volver a ser la misma, ni mi físico, ni mi cabeza ni nada». «Han pasado tres años desde el accidente y yo estoy peor. Hubo una temporada en la que dejé de ir al psicólogo porque creía que estaba bien, que había conseguido superarlo. Pero esto es algo que no se supera nunca. Cada cierto tiempo tengo que ir a Coruña al cirujano maxilofacial. En agosto me toca una revisión y creo que me van a operar en el mes de octubre para subirme el párpado izquierdo y rellenar la cicatriz de la frente. Podría ir a un ‘máxilo’ en Madrid, pero yo quería que me siguiera viendo el mismo médico que me operó cuando fue el accidente, porque es el que me puso las 67 placas de titanio por toda la cara; el que realmente conoce mi cráneo, que está completamente destrozado. Me ha quedado la pierna izquierda torcida pero gracias a Dios soy capaz de caminar bien. No he recibido ningún tipo de indemnización. No va a haber nunca dinero que pague lo que nos están haciendo pasar. A raíz del accidente me ha salido una psoriasis nerviosa en la piel y un lipoma en la pierna izquierda para el que me tienen que hacer una liposucción. Y todo eso lo tengo que pagar yo. Tampoco soy capaz de montarme ni en el metro ni en el bus. De hecho, cuando tengo que ir a A Coruña voy en coche. Me siento más segura porque soy yo la que lleva el control. No me atrevo a coger otro medio de transporte. El accidente es algo que nunca olvidaré. Yo, dentro de lo que cabe, he tenido suerte pero ya no voy a volver a ser la de siempre, ni mi físico, ni mi cabeza ni nada».

Nora Formoso, 31

«El olor que había, no sé exactamente de qué era, pero todavía lo recuerdo». «Tres años después me encuentro anímicamente peor. Es como un sube y baja. Con el paso de los días me encontraba mejor, hasta que empeoré de golpe. En cuanto a las lesiones físicas, conseguí recuperarme casi al completo. Pasé de tener que ir tres veces por semana al fisioterapeuta a ir una vez cada quince días. A día de hoy no he recibido ningún tipo de indemnización y el fisioterapeuta no me lo cubre la Seguridad Social. Además continúo bajo tratamiento psicológico. Las imágenes de ese día se te quedan grabadas en la mente. El olor que había no sé de qué era exactamente, pero todavía lo recuerdo. No he sido capaz de montarme en un tren desde aquel día».

Ángel Torres, 52

«Mi vida pasó de cien a cero en un segundo». «Tras el accidente estuve un año y medio de mi vida completamente parado. Me iba muy bien en la empresa, con la que incluso llegué a ganar un premio en Viena. Y de repente todo se paró en seco. Mi vida pasó de cien a cero en menos de un segundo. Físicamente sí me he ido recuperando, pero psíquicamente vas muy a peor. Tengo una minusvalía del 33 % derivada del accidente. Cuando descarriló el tren mi cuerpo estaba completamente roto, pero yo seguí consciente en todo momento. Escuché llantos y muchos gritos de auxilio pero en mi estado era incapaz de levantarme y ayudar a la gente. Es una espina que tengo clavada».

Francisca Matías, 83

«El accidente me ha cambiado la vida completamente».  «Me encuentro mal, muy mal. Desde el accidente he sufrido siete operaciones: tres en una pierna, tres en el brazo y una en los ojos. He recibido una parte de la indemnización pero esto no es suficiente. No recuerdo nada del momento del accidente por lo que no me produce ningún tipo de angustia ir en el tren. De hecho, vivo en Madrid pero cuando voy a Galicia viajo en tren. Este accidente me ha cambiado la vida completamente porque antes yo era una persona muy independiente. Ya no. A veces me pregunto si vale la pena vivir con tanto dolor».

Cristóbal González, 54

«La posición de cada uno diferenció el estado en que acabamos». «No te sientes bien a pesar de que hayan pasado tres años desde el día del accidente. Las heridas físicas las hemos curado pero sigue habiendo una que no deja de doler: la impotencia ante la justicia. Eres víctima del accidente y del sistema. Yo iba en ese tren porque estaba haciendo el Camino de Santiago y quería llegar a la capital para las fiestas del Apóstol. Curiosamente la llegada que marcaba el billete de tren, las 20.41 horas, coincidió con el momento en que se produjo el descarrilamiento. Llegó un momento en que el vagón se levantó ligeramente y le dije al chico que tenía a mi derecha ‘esto descarrila’. Me contestó que era imposible pero fue cuestión de segundos. En ese momento recibí golpes de personas, asientos, hierros, cristales... No perdí la consciencia ni por un segundo. Traté de incorporarme pero el estado de shock hace que te vuelvas a caer. El panorama era desolador: personas pidiendo auxilio, gritando, llorando... Cuando por fin fui capaz de levantarme, mi compañero y yo empezamos a ayudar a la gente. El chico que tenía a mi derecha tuvo mucha suerte porque estaba ‘protegido’ entre mi pared y mi cuerpo, ya que el tren volcó hacia la derecha. Yo recibí muchos golpes y la chica que estaba sentada a mi izquierda murió. Fue una cadena porque la posición en la que estábamos sentados diferenció el estado en que acabamos».

Elena Moreno, 73

«Necesito que se acabe y pasar página». «Tres años después sigo en tratamiento y bajo vigilancia médica. Tengo un movimiento bastante limitado porque mi médula está dañada y es inoperable. En el accidente se me rompieron completamente las vértebras una y dos además de tener numerosas quemaduras por el cuerpo, sobre todo en las piernas. Pasé siete meses hospitalizada. Quiero que se cierre este tema cuanto antes porque todos los días se te viene a la memoria. Necesito que se acabe y pasar página».