En Marea afronta su primera asamblea sin haber disipado el riesgo de fractura

La Voz SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

Álvaro Ballesteros

La coalición intenta superar sus tensiones por las generales para iniciar la preparación de las autonómicas

15 may 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Dividida en extremo y sin haber disipado el riesgo de fractura. Así afronta hoy su primera asamblea general, a seis semanas de las elecciones a Cortes, En Marea, la coalición tripartita (Podemos, Izquierda Unida y Anova) que el 20 de diciembre desplazó en Galicia al PSdeG como segunda fuerza política, recibió 408.370 votos y consiguió 8 de los 39 escaños en juego: 6 de 23 en el Congreso y 2 de 16 en el Senado. Los socios de la alianza llegan a la reunión, que se celebrará en Santiago, después de haberse cruzado entre ellos durante toda la semana ácidas acusaciones y duros reproches. Los líderes que han protagonizado el mayor de los enfrentamientos públicos, Xosé Manuel Beiras (Anova) y Yolanda Díaz (IU), ni siquiera compartirán mesa. Ella intervendrá en una por la tarde y el veterano político nacionalista lo hará en otra por la mañana, en la cual coincidirá con Carolina Bescansa, enviada por Pablo Iglesias a Galicia para sofocar el incendio.

Con el propósito de dejar de parecer un mero apéndice de Podemos en el Congreso, los de Beiras pretenden que En Marea concurra al 26J como partido político, no como la coalición que volvió a ser registrada anteayer, y también que sean las bases las que validen esa fórmula de participación en los comicios, no las cúpulas de poder, como ha venido ocurriendo hasta ahora. Enfrente, IU y Podemos. Pese a este choque de pareceres, salvo giro de guion a última hora, Anova no logrará que los inscritos para la asamblea, unos 700, puedan votar hoy sobre ese asunto y, probablemente, lo someta a la consideración de sus propios militantes la semana que viene.

Soslayadas las disensiones sobre la manera de concurrencia a las generales, los asistentes a la reunión dedicarán mayor atención a la forma de concurso en las autonómicas de otoño, a intentar que tome cuerpo una entente sin fisuras, más potente. Pero ahí también existen tiranteces, de nuevo, entre bandos encabezados por Beiras y Díaz. El primero -y así se lo ha hecho saber al propio Pablo Iglesias- está descontento con el alineamiento de la segunda con las tesis de la plataforma Mareas en Común, que quiere ser la que lidere el nuevo proceso de confluencia. Este último movimiento, apoyado por 30 agrupaciones locales, lo abandera la coruñesa Marea Atlántica, que oficialmente no forma parte de la En Marea institucional.

En este contexto de tensión se comprenden mejor las declaraciones realizadas ayer por Díaz, en la previa de la asamblea, intentando templar los ánimos ante los micros de la prensa. La coordinadora de Esquerda Unida y diputada de En Marea aseguró a los medios de comunicación que no aprecia «ningún risco» de ruptura de la coalición, pues supondría un «grave erro». La ferrolana manifestó «absoluto respecto» hacia la consulta a sus bases que promueve Anova para la semana próxima, pero admitió diferencias con Beiras -«historia viva deste país», dijo de él- a propósito de la fórmula de concurrencia a las autonómicas.

La confluencia de Podemos en Cataluña sí se presenta como partido

La confluencia de Podemos de Cataluña, En Comú Podem, anunció ayer que se presentará a las próximas elecciones generales como partido, aunque asumiendo la fórmula de coalición instrumental para no perder los derechos adquiridos en los comicios de diciembre (fondos públicos, espacios publicitarios...). La fórmula es compleja, pero sus promotores aseguran que es la vía para obtener un grupo parlamentario propio en la legislatura siguiente. Mientras el partido de Pablo Iglesias ha cedido ante las fuerzas catalanas de la alianza, anunciando incluso que no concurrirá con IU en Cataluña, en Galicia ha enviado a la número tres de la organización, la compostelana Carolina Bescansa, para aplacar los intentos de Xosé Manuel Beiras de lograr para En Marea algo parecido.